No todas las cosas son tan aptas para
ser captadas y dichas como por lo general se nos querría hacer creer: la
mayoría de los acontecimientos son indecibles, se producen en un espacio al que
nunca ha llegado una palabra, y lo más indecible de todo son las obras de arte,
misteriosas existencias cuya vida dura junto a la nuestra que pasa.
Rainer Maria Rilke (Praga, 1875-1926)