se pone a caminar con todas sus patas
con todas sus alas sueltas
se pone a sumarse los ojos
las cabezas
a erguirse las colas
los hilos del rostro se le enredan
se le escapa la correspondencia de las manos
no puede
ver bien el camino
ni abrir el sobre con los dientes
se pone a caminar
con todos sus costados incompletos
a seducir con la entrepierna todos sus otros
a barrer con la lengua
las palabras secas
que le dejaron las camas castas
que le dejaron las plumas arrancadas de los pájaros sueltos
en todos los márgenes
hay un niño derramado que lo sigue
para alcanzarle los rostros
para quemarle las cartas que dejó sin ensobrar
para salvarlo
de los arpones de los peces búho
que le
retienen el peinado recogido y el caminar
* “Don Juan" es un personaje literario arquetípico, configurado en la literatura española y
con amplia descendencia en la narrativa europea. También llamado “burlador” o “infamador”,
se trata de un osado seductor, transgresor de toda ley divina o humana. El
personaje y su actitud vital, denominada genéricamente “donjuanismo”, ha
inspirado a numerosos ensayistas, poetas y narradores de renombre mundial, que
vieron en esta figura desde un inmaduro patológico y afeminado, próximo al
narcisismo y a la homosexualidad, hasta una figura satánica y rebelde,
típicamente romántica.
Don Juan Tenorio, por su parte, constituye un
drama romántico - manifiestamente basado en el mítico personaje -escrito y
publicado por el dramaturgo español José Zorrilla en 1844. Casi un siglo
después, en 1949, el afamado pintor surrealista Salvador Dalí (1904 – 1989)
confecciona exquisitos bocetos (como el que muestra la imagen que da sentido - de tenerlo o de buscarlo - al poema) tributando así
al libertino protagonista de la obra de Zorrilla.