abril 07, 2023

LA GABRIELA 🎬

 

Organizados por la Sociedad de Artistas y Escritores de Chile, los llamados “Juegos Florales” conformaban una antigua celebración de Santiago en la que solían confluir los artistas e intelectuales más destacados del momento.

Su principal y más famoso concurso era el literario, en el cual participaban, mayoritariamente, los poetas y escritores chilenos más importantes de comienzos del siglo XX (hombres, también mayoritariamente).

Así el panorama, el 22 de diciembre de 1914 se empiezan a encender todas las alarmas en el mundillo literario sudamericano (ergo masculino) porque –novaqué– una sujeta hasta hace veinte minutos completamente desconocida, bajo el seudónimo de “Gabriela Mistral”, viene a osar no sólo presentarse a los Juegos, sino también alzarse, nada más ni nada menos, que con el premio mayor.

Explicará tiempo después Lucila Godoy Alcayaga (1889-1957) que ha elegido ese alias en homenaje a dos de sus poetas favoritos: el italiano Gabriele D'Annunzio y el occitano Frédéric Mistral.

 

MUCHO MÁS SOBRE LA GABRIELA (Rodrigo Moreno del Canto, 2009)

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EL REPARTO


Si me ponen al costado

la ciega de nacimiento,

le diré, bajo, bajito,

con la voz llena de polvo:

-Hermana, toma mis ojos.


¿Ojos? ¿para qué preciso

arriba y llena de lumbres?

En mi Patria he de llevar

todo el cuerpo hecho pupila,

espejo devolvedor

ancha pupila sin párpados.


Iré yo a campo traviesa

con los ojos en las manos

y las dos manos dichosas

deletreando lo no visto

nombrando lo adivinado.


Tome otra mis rodillas

si las suyas se quedaron

trabadas y empedernidas

por las nieves o la escarcha.


Otra tómeme los brazos

si es que se los rebanaron.

Y otras tomen mis sentidos.

Con su sed y con su hambre.


Acabe así, consumada

repartida como hogaza

lanzada a sur o a norte

no seré nunca más una.


Será mi aligeramiento

como un apear de ramas

que me abajan y descargan

de mí misma, como de árbol.


¡Ah, respiro, ay dulce pago,

vertical descendimiento!

En Lagar (1954)

 

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Gabriela Mistral (1889-1957). Poeta, escritora, educadora y diplomática chilena. Registrada al nacer con el nombre de Lucila Godoy Alcayaga, se la conoce mundialmente como "Gabriela Mistral" desde su consagración como poeta ganadora de los Juegos Florales Chilenos en 1914, a los cuales se había presentado bajo ese mismo seudónimo con su poemario Sonetos de la muerte. Trabajó como maestra rural y colaboró en diversas publicaciones literarias. En 1922 se trasladó a México para colaborar en los planes de reforma educativa del político y escritor José Vasconcelos. Pasó gran parte de su vida viajando, ofreciendo conferencias u oficiando de embajadora en diferentes países del mundo. En 1945 se convirtió en la primera latinoamericana en recibir el Premio Nobel de Literatura. Publicó, entre otros, los libros Desolación (1922), Tala (1938), Antología (1941) y Lagar (1954).
 

abril 04, 2023

ES NECESARIO QUE ESO TAMBIÉN SUCEDA


Un libro abierto también es la noche.

Estas palabras que acabo de pronunciar me hacen llorar, no sé por qué.

 

Algunos escritores están asustados. Tienen miedo de escribir. Lo que ha ocurrido en mi caso, quizás haya sido que nunca he tenido miedo de ese miedo. He hecho libros incomprensibles y han sido leídos. Hay uno que he leído recientemente, que no había releído desde hace treinta años, y que me parece magnífico. Se titula La vida tranquila. Lo había olvidado por completo (…).

 

Ahora está escrito. Esa clase de derrape quizá –no me gusta esa palabra, muy confusa– en el que corremos el riesgo de incurrir.

 

Llorar, es necesario que eso también suceda.

Aunque llorar sea inútil creo que, con todo, es necesario llorar. Porque la desesperación es tangible. Permanece. El recuerdo de la desesperación permanece. A veces mata.

Escribir.

No puedo.

Nadie puede.

Hay que decirlo: no se puede.

Y se escribe. 

En Escribir (Gallimard, 1993)

 

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Marguerite Duras (Vietnam, 1914 - París, 1996). Escritora francesa. Las experiencias que vivió junto a su madre en Indochina, donde residió hasta 1932, le inspiraron la novela Un dique contra el Pacífico (1950). Durante la Segunda Guerra Mundial colaboró en París con la Resistencia junto a su esposo, el también escritor Robert Antelme.

Escribió obras teatrales y guiones de cine, entre ellos el de la célebre película Hiroshima, mon amour (1958), dirigida por Alain Resnais.

El amor, el sexo, la muerte, la infancia y la soledad fueron los grandes temas de su literatura. En 1971 publicó El amor, que anticipa en ciertos aspectos su obra más celebrada, El amante (1984), ganadora, entre otros, del Premio Goncourt.

La agitada vida de Marguerite se combina con su obra hasta el punto de ser ambas difícilmente comprensibles por separado. 

abril 03, 2023

A VECES, COMO EL AGUA


Ayer se presentó en Mar del Plata esta Antología tremenda que lleva dos poemas míos y que tengo el gusto de compartir con otrxs 25 poetas 💗

 

Vuelvo a dejar uno de los textos por acá y, más abajo, un pequeño videíto al que pueden dar PLAY pinchando en la foto ⏬

 


EL DESEO RESULTA INSUFICIENTE

 

como ya dijimos la voluntad no es algo

que en rigor pueda negociarse y no toda la lluvia

está bien predispuesta para apagar lo que queda

de fuego

el presente empieza a perder significado porque ya nadie usa

como habrás notado

el futuro perfecto para referirse a mañana

como ya dijimos

el deseo resulta con frecuencia insuficiente

está rota esa palabra

están rotas en los ojos las cosas que no puede borrar

la mente

 

como ya dijimos el amor

ese detalle incómodo

perturbador de la condición humana

no puede desprenderse del cuerpo

tuve que irme es verdad

tuve que dejarlo todo convenientemente registrado

no pude descubrir ese fulgor

esa materia sensible que se necesita

para permanecer en silencio

tuve que irme y

como ya dijimos lo que no encontraste

en ninguna de las anotaciones ni en ninguno

de los cuadritos vacíos del crucigrama

fue la excusa correcta

para quedarte

 

el dolor entonces

como el verbo que se aprende a pronunciar por primera vez

el dolor entonces

como los signos curvos ritualizados

que procura abandonar el lenguaje sobre nosotrxs

el dolor entonces

como ya dijimos es también

(irremediablemente)

una forma de amor