julio 28, 2016

★TRASBORDO


Golpean la puerta se ve que para guardar cierto protocolo, o porque saben bien que se las voy a abrir de todas formas. Entran. Mientras una se mete adentro, la otra no pierde el tiempo y se acomoda a los pies de la cama, como trabándome el andar, como apretándolo. Y ahora me dicen que tal vez convenga estarme quieta, próxima a un rincón cualquiera de un momento cualquiera.

y en esta cueva de falsos inviernos también se puede aprender a llorar

debajo del miedo,

debajo de las paredes húmedas,

con nuestros nombres escritos en forma de templo;

La que está adentro me decapita los ojos, para que una parte del llanto se me quede en la garganta. La que está afuera simplemente observa, mide, toma unos absurdos apuntes que prefiere (siempre prefiere) no mostrarme, no mostrarnos. Y ahora me dicen que tal vez sean nuestros los roces de los cuerpos, los pasos que fuimos aprendiendo a dar hasta la puerta.

ya se va el puente que ninguna de las dos se va a atrever a cruzar;

se ahogan los sobres que envuelven nuestras cartas

y nuestras vergüenzas,

y sus gritos se tragan ambos pedazos de la noche;

Muy en el fondo, nos entristece un poco saber que ninguna se va a tomar la molestia de presentarse, que nos conocemos de sobra. Todas ellas y todas nosotras. Y ahora me dicen que tal vez se queden. Algún tiempo. Otro tiempo.

Inédito, 2016.



Imagen: Pinterest

(Puerta antigua en Sidi Bou Said, pueblo costero cercano a la ciudad de Túnez)


julio 16, 2016

EL VIAJE EN SÍ



Hemos sentido transcurrir el tiempo cortando el

    pan de las canciones

Hemos visto pasar los barcos que ofrecen su ardiente

    botella de libertad

Y los trenes con sus ruedas de constantes pensamientos

Toda la casa ha sido recorrida con los dedos como

    un cuerpo

Es ahora cuando el deseo vence al horizonte y deja

    oír su música de pianola corporal

 

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Carlos Latorre (Buenos Aires, 1916-1980). Poeta y escritor argentino. Participó en la creación y elaboración de la mayoría de las revistas vinculadas con el surrealismo: A Partir de Cero (1952), Letra y Línea (1953) y Boa (1958). Se lo puede considerar como uno de los más activos impulsores de esa corriente estética en Argentina, junto a su amigo Aldo Pellegrini. Además de poesía, escribió varias piezas teatrales y guiones para radioteatro y cine, por los que obtuvo importantes premios nacionales e internacionales. Entre sus obras se encuentran los libros Puerta de arena (1950), La ley de gravedad (1952), Los alcances de la realidad (1955) y Las cuatro paredes (1964).

El poema compartido pertenece a la antología Poetas surrealistas argentinos. Recopilación de textos y notas: Javier CófrecesBuenos Aires: Ediciones en Danza, 2022.


julio 09, 2016

★VIENEN LOS DÍAS QUE SON LOS DÍAS QUE YA FUERON


todos los días son esta mesa

repleta de cosas huecas o llenas o rotas de otras cosas

que alguna vez fueron el tiempo de alguien,

el cordón cuadriculado de alguien

todos los días el fuego de un libro arde

mientras se tuercen las cosas / los diálogos / las cenizas /

los aleteos / los hombres / las manos / los cuadros /

las manos desde los cuadros

todos los días un llanto acústico de risas tántricas

los gestos / las piedras / todos los absurdos

todos los días

un culto inhabitado que vuelve

en cada ausencia

en cada ruido 

Inédito, 2016.




Fotografía: Bob Carlos Clarke

julio 06, 2016

#frida





“Al final del día podemos soportar más de lo que creemos.”


Frida Kahlo
(Coyoacán – 6 de Julio de 1907 / 13 de Julio de 1954)



julio 02, 2016

mi hermana no escribe poemas




Mi hermana no escribe poemas
y  es improbable que de pronto comience a escribir poemas.
Le viene de su madre, que no escribía poemas,
y de su padre, que tampoco escribía poemas.
Bajo el techo de mi hermana me siento a salvo:
nada impulsaría al marido de mi hermana a escribir poemas.
Y aunque suene como un poema de Adam Macedonski,
ninguno de mis parientes se ocupa de escribir poemas.
En el escritorio de mi hermana no hay poemas viejos
ni nuevos en su bolso.
Y cuando mi hermana me invita a cenar,
sé que no tiene intenciones de leerme poemas.
Hace magníficas sopas sin esfuerzo,
y el café no se derrama sobre sus manuscritos.
En muchas familias nadie escribe poemas,
pero cuando lo hacen, rara vez es sólo una persona.
Algunas veces la poesía fluye en cascadas de generaciones
que ocasionan temibles corrientes en las relaciones familiares.
Mi hermana cultiva una prosa hablada decente,
pero toda su producción literaria está en las tarjetas postales veraniegas
que prometen la misma cosa cada año:
que cuando vuelva me contará todo,
todo,
todo.


Wislawa Szymborska (2 de Julio de 1923 – 1 de Febrero de 2012);
“Alabanza a mi hermana”, en Poesía no completa (España, 2011).





julio 01, 2016