diciembre 31, 2017

HASTA LUEGO, 2017!


este año conocí los verdaderos y diversos significados de la palabra volar | conocí un pedazo hermoso de cielo | conocí el mediterráneo, bien abajo y bien encima de mis propios pies | conocí la grandeza insuperable de la cordillera | conocí buena y hermosa poesía de buenxs y hermosxs amigxs [de acá y de allá] | conocí el buen corazón de quienes me alentaron y me ayudaron a conocer todas esas cosas (¡gracias para siempre!) |

este año conocí una buena parte de mis mejores secretos

mejores guardados 

[¿no es acaso un poco con eso 

con lo que se va haciendo 

la vida misma?]


a vos también te voy a extrañar, 2017 ♡

¡brindo con ustedes!






TODO POEMA SE CUMPLE



Palabras, ganancias de un cuarto de hora arrancado al árbol calcinado del lenguaje, entre los buenos días y las buenas noches, puertas de entrada y salida y entrada de un corredor que va de ninguna parte a ningún lado.

 

Octavio Paz; en Libertad bajo palabra (1960).

 

👉 «Hacia el poema» (Texto completo)

👉 «El laberinto de Octavio Paz» (Documental)


diciembre 30, 2017

★CASPA


hay un hongo cuyas iniciales suenan

como un mantra

un poco más adentro de la cabellera

un poco más adentro del cuero

que la soporta

 

todas los lunes sale a entregar un paquete pero nunca encuentra

las llaves del coche

y se le hace viernes

 

no se puede poner a trabajar la tiza

con la pizarra en remojo

 

[algo amanece todas las tardes

y ese algo persiste

como persiste la piel de los otros en las manos]

 

no se puede soñar tantas veces la misma cosa

sobre la misma almohada

sin que se termine convirtiendo en caspa

sin que se despierte uno

arrancando alambres de los pliegues de las sábanas

costras de piel muerta

grafemas dados vuelta

malassezia furfur

 

Inédito, 2015.


diciembre 28, 2017

QUIÉN SABE POR QUÉ


Nunca se me había ocurrido escribir un diario íntimo. Quién sabe por qué. Debe ser porque no tenía tiempo, aunque pensar sí, estoy pensando todo el día. La verdad es que soy una de esas personas, o mujeres, lo cual no sé si encaja en eso de persona, que están todo el día piensa y piensa. No hago más que reflexionar todo el día, pero eso sí, al mismo tiempo que hago otra cosa. No creo que todo el mundo sea así, no, imposible. Por ejemplo, si estoy eligiendo una manzana en el supermercado, no sé, le estoy dando una importancia bárbara, como si esa manzana, al servirla en una frutera de plata, o al morderla un huésped especial, o al ser digerida por mí misma, pudiese cambiar el rumbo de una vida, o de dos vidas. Y para qué hablar del momento de decidir entre un pañuelo azul y otro celeste, bueno, allí ya se está jugando el destino de la humanidad entera. ¿Manía por la metafísica? ¿O aburrida, pavota superstición?

Antes un poco me divertía estar a merced de esas emboscadas del destino, pero en estas últimas semanas ya me han hartado. O yo me harté a mí misma con tanto peligro. Ya casi cinco semanas en cama. ¿Por qué me darán miedo los números impares? Debo estar empezando este diario por alguna razón en especial, pero no se me ocurre cuál.

 

Manuel Puig en Pubis Angelical (Capítulo II; 1979).


👉 MANUEL PUIG (DOCUMENTAL)

👉 CAE LA NOCHE TROPICAL (FRAGMENTO) 

diciembre 27, 2017

TODAVÍA FALTABA


G.H, narradora y protagonista, es una mujer de un barrio acomodado de Río de Janeiro, al parecer muy bien posicionada en los círculos más influyentes del país. Un día, ingresa en el único lugar de la casa que le es ajeno: el cuarto de servicio. A partir de allí, el estilo y la estructura del libro –y, en general, de muchos de los textos anteriores y posteriores de Clarice– son de una interioridad y capacidad reflexiva profundas, muchas veces rozando lo filosófico o metafísico.

Publicada en 1964 y considerada su obra maestra, La pasión según G.H comienza con una muy particular nota de la autora: “Este libro es como cualquier libro. Pero me sentiría contenta si fuese leído únicamente por personas de alma ya formada”.







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Clarice Lispector (1920-1977). Escritora, periodista, reportera y traductora ucraniano-brasileña. A la edad de catorce años, se mudó a Río de Janeiro con su padre y una de sus hermanas. Siendo muy joven, empezó a leer libros de autores nacionales y extranjeros de mayor relevancia. Se licenció en Derecho y trabajó como periodista. En 1942 logró publicar Cerca del corazón salvaje, obra que había escrito a los diecinueve años y por la que recibió el premio Graça Aranha a la mejor novela publicada en 1943. Durante la Segunda Guerra Mundial fue voluntaria en el cuerpo de enfermeras de la Fuerza Expedicionaria Brasileña. Los viajes a Europa y a Estados Unidos fueron una constante en su vida. Entre el final de los años sesenta y principios de los setenta, publicó libros infantiles, traducciones y adaptaciones de obras extranjeras obteniendo gran reconocimiento, por lo que impartió charlas y conferencias en distintas Universidades del país. Es considerada una de las escritoras brasileñas más importantes del siglo XX.

 

diciembre 26, 2017

RAPSODIA EN LA LLUVIA


ahora

desde tu ahora estarás viendo

bajo esta misma lluvia las lluvias del diluvio

(...)

mas ¿qué importan las lluvias?

sería igual que vieras dinastías de ocasos, medallas o fogatas;

sólo quiero decir que eres testigo desde todas partes,

huésped del tiempo frente al repertorio de la memoria y del oráculo,

y que cada lugar es un lugar de encuentro como el final de una alameda.

pero estos pasos tuyos, vacilantes, bajo los pies menudos de la lluvia

me conmueven aún más que tus lamentaciones en el interminable corredor

o tu viejo mensaje para hoy, hallado entre dos libros.

apostaría estas palabras rotas a cambio de tu nombre tembloroso en los vidrios,

toda la sal del mundo apostaría (...)

y sin embargo has visto el miserable revés de cada trama,

conoces como nadie la urdimbre del error con que fue tapizada mi orgullosa, mi mezquina morada.

querrías escamotear la inocultable imperfección con el brillo de un tajo,

dar vuelta mis pisadas encaminándolas hacia el aplauso y el acierto,

corregir el alcance de mis ojos, el temple de mi especie.

¿No te oigo girar y girar entre las ráfagas del agua lavando cada culpa?

¿Y no intentas acaso revelarme con tu melodía los cielos que ya sabes?

conseguirás de nuevo doblegar esta noche hasta el amanecer

insistiendo en quedarte, como antes en escurrirte más allá de los muros,

acá, donde sólo compartimos la efímera ganancia y la infinita pérdida,

vueltos sobre el costado que nos oculta la visión

aunque caiga la lluvia. 

 


 [24 minutos de puro flasheo 👉 OLGA OROZCO / OFICIOS]


diciembre 25, 2017

NATIVITY!



los regalos de Navidad sólo podrán ser superados

por los de cumpleaños






diciembre 20, 2017

NO DEBERÍAMOS



la taza debe parecer excesivamente

blanca en contraste con la boca pintada / no deberíamos

acercarnos a objetos tan nítidos

envuelta la garganta por un extenso

pañuelo de gasa, todo rostro es más plácido y se esfuma

como una lancha en esa agua extrema donde el cielo deja

de fluir

no deberíamos acercarnos a objetos tan 

nítidos

una taza                 un sobre en el que la lengua impone un poder;

las uñas esmaltadas de rojo y tres desnudas

cebollas en el mármol

no deberíamos acercarnos a esa brusquedad del objeto

que satura como un golpe

no deberíamos ser honestos en el terror.

Mejor palidecer como esa línea de álamos en la tormenta.

Mejor estar callada mientras la fiebre unta las sienes con

grasa de ciervo

mejor esperar a que las hojas del nogal apacigüen el sendero

de piedras rojas. Parques con una pálida herida de

mármol pierden su agua rara, lastimosa hundimientos

en la frondosa oscuridad.

no deberíamos acercarnos a objetos tan 

nítidos

Zonas que no conocen piedad.

En Tangos del orfelinato / Tangos del asesinato (1999)

 

ENTREVISTA A LEONOR + POEMAS


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Leonor García Hernando (Tucumán, 1955 – Buenos Aires, 2001). Poeta, escritora. Formó parte del Taller Literario «Mario Jorge de Lellis» y del consejo de redacción de la revista Mascaró. Publicó Mudanzas (Ediciones del Taller Literario Mario Jorge De Lellis, 1974), Negras ropas de mujer (Colección de Poesía Mascaró, 1987), La enagua cuelga de un clavo en la pared (Último Reino, 1993), Tangos del orfelinato / Tangos del asesinato (Colección de Poesía Mascaró, 1999) y El cansancio de los materiales (Colección de Poesía Mascaró, 2001).


diciembre 17, 2017

| habrá que |




cosas escritas que ya ardieron en otras plataformas pero que existen todavía:






diciembre 15, 2017

qef





de todas formas | todavía de grande
me sigue doliendo la parte de adentro de la tira umbilical
y la partera se quedó sin saber
qué hacer conmigo



de “que da calambre”, Quemar el fuego©, 2017.




[todavía queda fuego por acá: los últimos del año / pueden pedirme o encargarme por INBOX – ver CONTACTO]



diciembre 14, 2017

y tal vez la búsqueda pueda / y tal vez la caída / no sé





la obturación

más tarde volverá
                 a escribir
lo que arriba tacha

dejará de pelear

quizá olvide lo tachado
pero no aquel movimiento
donde la memoria
              empuja ciega

sobre el silencio de lo borrado
se reanuda
hojas retoñan
              en el tallo del rosal
la poda dejó cortes al sesgo

la luz del jardín amplifica
                       no selecciona
                       no descarta


de Anónima, 1992.



fragmentos

la belleza es un eslabón
perdido
el mar es ajeno y da vueltas

el llanto puede
componer esa distancia
y tal vez la búsqueda pueda
y tal vez la caída
                             no sé

el mar es también la presencia
de unos brazos que se acercan
para abrazar
                         suele ser
el eslabón perdido

pero cómo afirmarlo ahora
que la calma es un pantano
la lógica
una torpe certidumbre
y las palabras
cansan


de El mundo encima, 1982.



el borde

Borde, límite doméstico
medianera al fondo de la casa
que separa
                    el jardín del baldío
como una compuerta que cede
espacios, respiración
Un zorzal
escondido en el ramaje
vestigio y suntuosidad urbana;
agua
escuchada sólo en la sed
                    en el opacamiento
de las hojas entradas a un orden
de despedidas. Río
que mana imaginario
y elemental
                    desmiente cauces
humedece la espalda
la devuelve
                   al límite sin domesticar
a la desmesura
                   del agua desoída. Interior
que sobreexpone el paisaje
a una riesgosa filtración

Borde irregularizado
                   en el arrastre orgánico,
plancton
si topografía deseante
el borde es un río



de El borde es un río, 1997.




Alicia Genovese (Lomas de Zamora, 1953). Comenzó a publicar a fines de los años `70. Obtuvo el título de Master of Arts y se doctoró en Literatura Latinoamericana en la Universidad de Florida (USA). Trabajó como docente y periodista. Actualmente, se desempeña como académica en la Universidad Nacional de las Artes, coordina talleres de escritura y supervisa proyectos especializados en poesía. Becas obtenidas: Fondo Nacional de las Artes (1999) / Guggenheim (2002). Es autora de El cielo posible (1977), El mundo encima (1982), Anónima (1992), El borde es un río (1997), Puentes (2000), La ville des ponts (2001), Química Diurna (2004), La doble voz (ensayo, 1998) y Leer Poesía: lo leve, lo grave y lo opaco (2011).





diciembre 09, 2017

dan ganas, sí





a partir de la próxima línea voy a decir la verdad;
toda la euforia
-         la selva neurótica donde se suelen prensar los desórdenes esenciales más recurrentes -
va a salir completa por el agujero inalterable de una cerradura
 / de una puerta de una casa de un pueblo de un país de un mundo /
que ya nada va a tener que ver conmigo misma
con lo bestial de ese instante de fuga
cínico por cientos de miles de siglos malinterpretado  
cínico encerrado en frascos de vinagre sin una fecha prorrogativa decente

(cínico) 





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diciembre 07, 2017

ella






De madrugada
(ella se tocó las manos)
De madrugada, apenas.
Ella recuerda que nada importa
aunque su sombra siga corriendo
alrededor de la noche.
Algo se detuvo en algún momento,
algo marchaba débilmente
y se detuvo en algún momento.
Ella tembló como un sonido
congelado entre los labios de un muerto.
Ella se deshizo como un recuerdo
convocado hasta la saciedad.
Ella se inclinó sobre su respiración
y comprendió que aún vivía.
Se tocó la libertad
y la dejó escurrirse como una pequeña noche.
Se anudó la angustia alrededor del cuello
y recordó su color extraviado.
Ella mordió a ciegas en la oscuridad
y escuchó gritar al silencio.
Y aprendió a reírse
del olor a tiempo que despedía su sangre.
De noche
(ella se cortó las manos).
De noche, apenas.
Ella recoge su pequeño crepúsculo.
Ella sueña en la erección de la rosa.



Susana Thénon. De Habitante de la nada, 1959.




diciembre 05, 2017

incendiar desde tu nombre





elegía

no oigo tu grito
ni sé dónde quedó tu zarza de fuegos bondadosos
aferrados a mi respiración
ignoro tu muerte en cuclillas
y tus manos torpes al costado mismo del remordimiento

me voy hacia pedacitos de cielo
donde el hambre me sea leve
ya que no vuelves
ni tercer día ni tumba vacía
aunque me pinte la boca de verdades azules
aunque descienda en mis barcas amarillas
aunque recoja las redes llenas de hormigas besadoras
aunque te llame y llame
para darte mis flancos de buitre
mis praderas de amapola
mis ojos de estopa
que ya nunca
jamás
podrás incendiar desde tu nombre



de resplandor de los días inusados, 1993




selfportrait


fin y cabo de mi propia historia
tanto desvestir mis santos
mi infancia demorada (...)
tanto elegir            tanta catástrofe
esta prisa
para quemar las naves bajo el puente
y esperar que una lluvia lave
la sucia perra soledad de lo que acaso
importe sólo a medias

lavanderas y marquesas           bestias ciegas
sin otra carga que sus costras
eso
son mis palabras
fatigadas de hábitos y monjes

no quedar en ojos que saben que nos vamos

vestirme de nerón para fotografías
morir en flash es vivir siempre



de peso muerto / dead weight, 2008.




5

nadie más tiene la culpa de este oficio en la impaciencia
quiero el lugar                la esencia exacta
para atreverme
de una vez por todas


de a imagen y semejanza, 1980.




astilla


el río sigue pasando por el ojo miope de mi memoria
aguas de hielo y apenas un relincho                         estoy allí
somos felices                     a pesar de las grietas en la galería
y la tormenta que Wagner encargará para matarnos
vemos el horizonte                      la línea ardida de los cerros
cómo avanza la noche (...)
odio la monotonía de las cigarras                    el chicharral
me clava su astilla                 temo perder lo que me asiste
desnudo me levanto             ciego            bajo las cortinas



de baus o la lenta agonía de las especies migratorias, 2014.




Jorge Paolantonio (Catamarca, 1947). Escritor, dramaturgo, crítico teatral. Profesor, licenciado y traductor por la Universidad Nacional de Córdoba, y doctorado en Lenguas Modernas por la Universidad del Salvador.
Ha representado a su provincia natal en más de veinte ocasiones en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, y en eventos nacionales e internacionales similares, tales como: American Literature Association (San Francisco, USA, 2008), Festival della Letteratura di Milano (2013) y Festival International de la poésie Trois-Rivières (Canadá, 2016), entre otros. Becas obtenidas: Fondo Nacional de las Artes (Argentina), Council for the arts (Reino Unido), ISA (Holanda).
Entre las distinciones más destacadas que ha recibido se encuentran el Premio Nacional de Poesía (NOA, 1993), Faja de Honor SADE en poesía y dramaturgia (1994), Premio “Garzón Céspedes” (dramaturgia, España, 2010), Premio Esteban Echeverría (2011), Premio SoleLuna (narrativa, 2013), Premio Luis de Tejeda (novela, 2015), Premio Luis Leopoldo Franco (2016). En 2015, el Senado Nacional le otorgó su máxima distinción, el de Senador Sarmiento.
Algunas de sus obras publicadas: Clave para abrir las pajareras (poesía, 1973); Extraña manera de asomarse (poesía, 1989); Lengua devorada (poesía, 1994); Rosas de sal (teatro, 1993); Ceniza de orquídeas (narrativa, 2003); Algo en el aire (narrativa, 2004); La Fiamma (narrativa, 2008); Aguasanta (novela, 2016).