ahora
desde tu ahora estarás viendo
bajo esta misma lluvia las lluvias del diluvio
(...)
mas ¿qué importan las lluvias?
sería igual que vieras dinastías de ocasos,
medallas o fogatas;
sólo quiero decir que eres testigo desde todas
partes,
huésped del tiempo frente al repertorio de la
memoria y del oráculo,
y que cada lugar es un lugar de encuentro como el
final de una alameda.
pero estos pasos tuyos, vacilantes, bajo los pies
menudos de la lluvia
me conmueven aún más que tus lamentaciones en el
interminable corredor
o tu viejo mensaje para hoy, hallado entre dos
libros.
apostaría estas palabras rotas a cambio de tu
nombre tembloroso en los vidrios,
toda la sal del mundo apostaría (...)
y sin embargo has visto el miserable revés de cada
trama,
conoces como nadie la urdimbre del error con que
fue tapizada mi orgullosa, mi mezquina morada.
querrías escamotear la inocultable imperfección
con el brillo de un tajo,
dar vuelta mis pisadas encaminándolas hacia el
aplauso y el acierto,
corregir el alcance de mis ojos, el temple de mi
especie.
¿No te oigo girar y girar entre las ráfagas del
agua lavando cada culpa?
¿Y no intentas acaso revelarme con tu melodía los
cielos que ya sabes?
conseguirás de nuevo doblegar esta noche hasta el
amanecer
insistiendo en quedarte, como antes en escurrirte
más allá de los muros,
acá, donde sólo compartimos la efímera ganancia y
la infinita pérdida,
vueltos sobre el costado que nos oculta la visión
aunque caiga la lluvia.
Olga Orozco (La Pampa, 1920-1999). Poeta y narradora argentina.