enero 28, 2019

LIBERACIÓN & DESEO


Confieso esto: mi primer encuentro con Colette fue a través de Alejandra. En sus Diarios, si estoy recordando bien, se jacta de haber leído la obra de Gabrielle más de una vez, al punto de admirarla descomunalmente. Googleé, pregunté, investigué, fisgoneé, leí, leí más, volví a leer, hasta darme finalmente cierta idea de porqué la exagerada fascinación.

Supe de la película - btw - por una inverosímil casualidad (cuándo no), y me apuré a escribir esta muy breve reseña porque intuí que hoy – el día en que Colette hubiera cumplido años – tendría una buena excusa para compartirla.

[pinchando la foto (o por la pestaña de BIOPIC) 👉 lo que quise decir]





enero 18, 2019

TODO LO QUE NO SE VE / VA A CAER


Todo lo que no se ve

va a caer.

 

Enumeraste imparable.

 

Cucarachas, arañas, polillas, piojos, víboras, ratas

larvas de toda clase, huevitos de dragones, fosforescencias de ave

fénix

sí, todo eso se puede juntar

en un depto pequeño y no

verse

panaderos, pelusas, hojas secas, libélulas

un grillo que murió cantando, hormigas negras y rojas, 

grandes inmensas migas de galletas, graves trozos de arroz compactado

dos perlitas de aros distintos, tres arandelas que no corresponden

un dibujo arrugado, una figurita autoadhesiva con brillantina

ya no pega

nada pega con nada

restos arqueológicos, bichos antiguos, herramientas en desuso,

lapiceras disfuncionales, una

explotada

marcadores que iluminaban un camino y lápices sin puntas

algunos mordidos, siempre lamidos

por mí

clips que agarraban mensajes trascendentes, una nota

con letra borroneada en vías

de extinción

 

Afirmaste varias veces, tranquilo y seguro

experto

 

Todo lo que no se ve

va a caer.

 

Estos restos, estos insectos

muertos o a punto

de hacer el acto

de desaparición vital

el acto de yacer

última transformación

reguero escondido de cadáveres

reguero a la vista de libros por abrir

reguero de autores

vivos, muertos o a punto

de quedar impresos

morir a lo inédito morir al secreto 

cajón

vida afuera una portada

una nueva máscara

poética lista para desordenarse

autores

calaveras

letras impresas

desciframiento

charla que arroja

libros como piedras, mariposas, nubes, más insectos

con unos te golpeo

con otros te acaricio

con unos te impresiono

con otros te beso

libros salvajes éstos

se crían con bichos, empollan huevos, se dejan recorrer

patitas y polvo

y nuestras lenguas que no paran

de mirarse

y nuestros ojos

que descubren letras

se tatúan en el cuerpo apenas revelado

en un movimiento esquivo

(casi no se ve)

o, quizás

impetuoso

en un movimiento que

puede cambiar todo

prender fuego

un movimiento solo

hacernos de nuevo

un movimiento

lenguas susurros gritos

un movimiento

seremos

(no se ve)

cenizas

y cenizas

quedan

dispuestas a caer, a bañar los restos de ese depto bosque

lluvia que hace visible

qué somos o fuimos

cenizas

ligeramente se ven y vuelan y caen

otra vez.


De Amarillo (amar y yo) AmorAtada, vol. 2, Viajera, 2016.

 

No voy a dejar que me lo saques.

Un recuerdo es todo:

vos cantabas a mi lado, rozándome, agarrándome, simulando que gritabas en mi oído

cara cantante pop

los ojos cerrados

arrugándolos de apretados

reíamos

vos cantabas leadersinger

y yo me unía

yo que nunca canto porque-no-sé-me-da-vergüenza

con vos cantaba y me dejaba

llevar

y fuimos hasta un lugar color naranja

y nos perdíamos en los ojos en las manos

nunca había tocado

algo así

sin cuerpo

entero

como si fuera ciega

de tanto mirar

de tanto sentir

y ahora querés sacármelo

sobreimprimirte negro y duro

voz glacial, profesional

olor a nada o a contrato

corrompido

faústico

cuando era –siempre antes era– siempre antes es la ilusión–

ser libres

sacarse lo que cubre

ser ideas

quedar carne expuesta

bebé

gozar

y que el mundo se apagara

y que todo se fuera

al diablo

nosotros hundidos en la música naranja

en las letras acolchonadas

en las manos elegidas.

 

Eso.

 

Ese antes.

 

No voy a dejar que me lo saques.

Lo tengo tatuado en un poro secreto

revive en mi sudor

apenas agua mágica

con mi aspirar

polvo

se hace

nota

real.

 

Lo lamento

por vos.

 

Ahora te veo lejano, irremediable.

Tu contorno te aprisiona, te ciñe apretado

veo el borde negro y grueso

y no salís

no salís.

 

¿Qué pasó?

 

No sé ver lo que viste

una gorgona parece

¿soy yo?

 

Pero no te preocupes.

No te miro más.

Quizás así se te caiga la costra

esa capa de cuervo

la costura bruta, impenetrable

que el demonio te regaló

ese cumpleaños adolescente cuando decidiste

perderte definitivo

arrastrarte en el piso a comer

tocar en lo débil y ganar

del lado que empantana y huele

mal

que me pese

mal

que me sienta

mal

cómo duele ay!
mal

cómo duele

no poder cambiar lo que tenía futuro y se secó se cayó se rompió.

 

Te veo y no puedo

quiero y no puedo

empezaste a comer

mi mano

(¡mi mano! tendida está carcomida, no tengo uñas y se descascara la piel)

ay

que bailábamos

que cantábamos

juntos

tumanomimano

y reíamos tanto

sin acabar

nunca

atrapados los ojos tapiados

tapados los muertos

tapiados

mientras, un poco más

allá

tercero

el diablo se ríe

(viendo falso “nuestro”

reír)

cómo se ríe

de los degollados

de los confundidos

de los desalmados.

 

De Amarillo (amar y yo) Ocre, vol. 1, por Textos Intrusos, 2015; Viajera, 2018.

 

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Karina Macció (Buenos Aires, 1974). Escritora, editora, traductora, docente y gestora cultural. Licenciada y profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Dicta semiología en el Instituto Carlos Pellegrini. Dirige Siempre de Viaje – Literatura en Progreso, espacio de talleres de lectura, escritura y traducción. En 2008 crea Viajera Editorial, dedicada a la literatura contemporánea, con especial énfasis en la poesía y la escritura poética. Sus traducciones de S.T.Coleridge, Tennyson, Poe, Baudelaire, Rimbaud, Verlaine, Plath, Hughes y Sexton han sido publicadas en diversas revistas especializadas. Publicó Pupilas estrelladas (Siesta, 1998), Ferina (La bohemia, 2001), Lestrygonia (Aurelia Rivera, 2003), Impresos en rojo (Gog y Magog, 2006), La pérdida o La perdida (Viajera, 2008), Diario de la transformación (Viajera, 2011), Mis Peores Poemas de Amor primero en español (Siempre de Viaje Ediciones, 2012), Amarillo (Amar y yo) Ocre (Textos Intrusos, 2015), AmorAtada (Viajera Editorial, 2018), entre otros.


enero 17, 2019

EL VIAJE


Un día supiste por fin

lo que tenías que hacer, y empezaste,

aunque a tu alrededor las voces

seguían gritando

sus malos consejos,

aunque toda la casa empezó a temblar

y sentiste el antiguo tirón

en los tobillos.

 «¡Arréglame la vida!»

gritaba cada voz.

Pero no paraste.

 

Sabías lo que tenías que hacer,

aunque el viento hurgaba

con sus dedos rígidos

en las bases mismas,

aunque su melancolía

fuera terrible. Ya era bastante

tarde, y una noche salvaje,

y la calle estaba llena de ramas

caídas y de piedras.

 

Pero de a poco,

mientras dejabas las voces atrás,

las estrellas empezaron a arder

entre las sábanas de nubes,

y había una voz nueva,

que lentamente

reconociste como tu propia voz,

que te acompañaba

mientras te adentrabas más y más

en el mundo,

decidida a hacer

lo único que podías hacer,

decidida a salvar

la única vida que podías salvar.

 

Mary Oliver (10 de septiembre de 1935 – 17 de enero de 2019)

enero 16, 2019

@FESTIVALPERMANENTE


@festivalpermanente publicó esta mañana este video en su cuenta de #instagram (búsquenla que está buenísimaa!) | GRACIAS por 1000,00!


estallamos a un ritmo único

vamos de casa en casa abriendo espejos

y por acuerdo tácito

guardamos los gestos y nuestros nombres completos para el final

(aunque no los decimos nunca en voz alta;

no me nombrás

porque sería imperfecto)


enero 11, 2019

★FOTORREALISMO SUSTANCIAL


hay una imagen que acompaña al texto

y permanece limpia, estacionada

abierta apenas en uno de los lados

como una cicatriz indeleble / detenida en la frente

que en lugar de disiparse

se afianza

se perpetúa en una sensualidad alegórica

 

entender que hay un todo que nos quiere dentro suyo

un artefacto metafísico desconocido a partir del cual respondemos

obedecemos

somos

 

en la mejor versión de las mil vidas

que nos han hecho vivir

tiene su base

nuestro mayor potencial

 

hay una imagen que acompaña al texto

un privilegio del que no estamos nunca conscientes

 

puede ser que la profecía contenga

un único recuerdo incompleto

puede ser que sea verdad lo que dicen

sobre el amor

y su inherente simpatía

hacia lo indispensable


De Los demás©, 2019.



enero 09, 2019

SIMONE DICE:


¿La mujer? Es muy sencillo, afirman los aficionados a las fórmulas simples: es una matriz, un ovario; es una hembra: basta esta palabra para definirla. En boca del hombre, el epíteto de “hembra” suena como un insulto; sin embargo, no se avergüenza de su animalidad, se enorgullece, por el contrario, si de él se dice “¡es un macho!”. El término “hembra” es peyorativo, no porque enraíce a la mujer en la Naturaleza, sino porque la confina en su sexo; y si este sexo le parece al hombre despreciable y enemigo hasta en las bestias inocentes, ello se debe, evidentemente, a la inquieta hostilidad que en él suscita la mujer. Sin embargo, quiere encontrar en la biología una justificación a ese sentimiento. La palabra “hembra” conjura en su mente una zarabanda de imágenes: un enorme óvulo redondo atrapa y castra al ágil espermatozoide; monstruosa y ahíta, la reina de lo termes impera sobre los machos esclavizados; la mantis religiosa y la araña, hartas de amor, trituran a su compañero y lo devoran; la perra en celo corretea por las calles, dejando tras de sí una estela de olores perversos; la mona se exhibe impúdicamente y se hurta con hipócrita coquetería; y las fieras más soberbias, la leona, la pantera y la tigra, se tienden servilmente bajo el abrazo imperial del macho. Inerte, impaciente, ladina, estúpida, insensible, lúbrica, feroz y humillada, el hombre proyecta en la mujer a todas las hembras a la vez. Y el hecho es que la mujer es una hembra. Pero si se quiere dejar de pensar por lugares comunes, dos cuestiones se plantean inmediatamente: ¿Qué representa la hembra en el reino animal? ¿Qué singular especie de hembra se realiza en la mujer?


Simone de Beauvoir. El segundo sexo [Le Deuxième Sexe], frg., 1949.

enero 07, 2019

«A PESAR DEL VÉRTIGO»


Les dejo por acá una prueba perfecta de lo que significa ser mujer y escribir / declarar / decir / contar | Entrevista a Sol Iametti (gracias x mil!) | No dejen de leerla 👆👀

 


👉Teniendo en cuenta tu propia experiencia, ¿es el discurso del poema realmente un discurso involuntario?

 

Hace unos años escuché a Luisa Valenzuela en una charla abierta y mencionó algo sobre el vértigo a la página en blanco. Dijo que en realidad no le tememos a ese vacío que invoca, sino a lo que podía aflorar en la página si diéramos rienda suelta a lo que tenemos para decir, para decir-nos. En mi experiencia, la escritura íntima (sea poema o diario) siempre apareció como un reflejo. Involuntariamente para la que sostiene la tinta, pero no para la que está del otro lado.

 

👉¿Creés en la poesía (en la escritura en sí misma) como medio de insurrección?

 

Sí, y retomando la respuesta anterior, opino que puede ser inclusive un medio de insurrección propia. «Empujar todo lo dicho / y todo lo por decir», escribía Juarroz. O en palabras de Marguerite Duras: «Escribir a pesar de todo pese a la desesperación. No: con la desesperación.» En cada movimiento que nos lleve más lejos de lo que podríamos ir, hay algo de insurrección.

 

ENTREVISTA COMPLETA 👉 «A PESAR DEL VÉRTIGO»





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Sol Iametti (Buenos Aires, 1986). Poeta, escritora, colaboradora editorial en Liberoamérica. Autora de La hija del cambio (Autores de Argentina, 2015) y Aledaña (Autores de Argentina, 2016).

enero 06, 2019

LAS BURBUJAS DE LA FELICIDAD


John Pemberton tiene treinta y un años cuando la Guerra de Secesión termina. Se había batido a las órdenes del general Joe Wheeler en Georgia, y la derrota del Sur lo dejará en la miseria. Ex estudiante de farmacia, Pemberton es un apasionado de la alquimia en un tiempo en el que casi todo está por inventarse. En 1869, casado con Clifford Lewis, hastiado de la vida pueblerina de Columbus, decide instalarse en la capital del Estado, Atlanta. Pemberton es, sin saberlo quizá, un pionero americano. (…) Su pasión, en la época de los inventores, es la búsqueda de nuevos medicamentos para enfermedades vulgares.

(…) Entusiasmado por las posibilidades del negocio, decepcionado quizá por su fracaso en el campo de la medicina, Pemberton decide retomar una vieja fórmula (…), mezcla de vino y extracto de coca. Se propone lograr un jarabe tonificante, que alivie el dolor de cabeza, la melancolía de los viajeros y los efectos de la borrachera. Descarta el alcohol y se sumerge en una febril búsqueda de hierbas y frutas antes desdeñadas. Mezcla, agita, deja reposar, prepara un fuego de leña, calienta su brebaje en una vasija de cobre, le agrega azúcar, cafeína, hojas de coca y, en abril de 1886, descubre, sin saberlo todavía, lo que iba a ser el más gigantesco símbolo del capitalismo moderno: la Coca-Cola.

(…) Pemberton creía haber fabricado una bebida distinta de las otras, pero nada más. En sus alambiques tenía un jarabe denso y meloso, repugnante, al que había que diluir en una abundante cantidad de agua. Para venderlo, cuenta por toda la ciudad que se trata del mejor remedio jamás inventado para disipar la resaca del alcohol. Consigue, entonces, una vasta clientela que acude a su bar con la esperanza de borrar las brumas de una noche de juerga. Un mes más tarde, un forastero le proporcionará la clave para entrar en la historia. Tambaleante, llevado por el rumor público, entra al bar de Pemberton y pide un vaso “de esa cosa que usted fabrica para ayudar a los borrachos”. Cansado de tanto ir y venir hasta la máquina, Pemberton sirve el brebaje mezclado con agua gaseosa. El forastero se toma tantos vasos que la botella se vacía y el farmacéutico le sirve el siguiente con agua de la canilla, como lo hacía siempre. El borracho escupe y exclama:

- ¿Y las burbujas? ¿Dónde están las burbujas? ¡Sin las burbujas esta porquería es intomable!

 


Osvaldo Soriano. “Coca Cola: Historia de un símbolo del capitalismo moderno”, en Revista Crisis, mayo de 1986.

 

TEXTO COMPLETO 👉 «COCA-COLA ES ASÍ»