enero 17, 2019

EL VIAJE


Un día supiste por fin

lo que tenías que hacer, y empezaste,

aunque a tu alrededor las voces

seguían gritando

sus malos consejos,

aunque toda la casa empezó a temblar

y sentiste el antiguo tirón

en los tobillos.

 «¡Arréglame la vida!»

gritaba cada voz.

Pero no paraste.

 

Sabías lo que tenías que hacer,

aunque el viento hurgaba

con sus dedos rígidos

en las bases mismas,

aunque su melancolía

fuera terrible. Ya era bastante

tarde, y una noche salvaje,

y la calle estaba llena de ramas

caídas y de piedras.

 

Pero de a poco,

mientras dejabas las voces atrás,

las estrellas empezaron a arder

entre las sábanas de nubes,

y había una voz nueva,

que lentamente

reconociste como tu propia voz,

que te acompañaba

mientras te adentrabas más y más

en el mundo,

decidida a hacer

lo único que podías hacer,

decidida a salvar

la única vida que podías salvar.

 

Mary Oliver (10 de septiembre de 1935 – 17 de enero de 2019)