enero 31, 2018
enero 29, 2018
ahora sé el nombre que borra el miedo (bajo) el fuego
enero 25, 2018
palabras / llenas de ecos
enero 18, 2018
★COOPERACIÓN (PRINCIPIO Y FIN)
[calidad]
no me sorprende esta
grieta que se abre
entre una verdad y
otra
decís que mujer es
tu palabra / de la buena suerte
decís mujer
con la garganta
contaminada de boas constrictoras
y con la certeza de
que en la falta misma de veneno
el riesgo merma
lo que está claro es
que sólo podemos ver una
de cada consumación
concebible
(continuamos
eligiendo
- muy en desmedro de
nuestras capacidades
más elementales -
nuestra propia
aventura)
componentes
inconscientes nos impiden ceder
ante una revelación
tan fragmentaria
[cantidad]
es cierto que pude
haber dicho
algo de más
en ese ensanchamiento
de la información
permanecemos
[modo]
me conmueve la manera
en que dos manos
proyectan formas
posibles de alienación
éxtasis incompletos:
silenciosas criaturas
que
al hacerse mayores
avanzan
una y otra vez
hacia la curvatura
menos hipócrita del círculo y regresan
a su estado natural
¿cómo saber cuándo
ese gesto ególatra
de querer resignarlo
todo
deja de ser
involuntario?
pensándolo mejor
resultaría
inteligente
mantenerse en ese
morbo estático de desorden ad hoc
y contemplar así su
ruta
su conjunto ilimitado
de incertidumbres
[relevancia]
toda la conversación
fracasa porque transcurre
en el plano de lo no
- dicho
(algo siempre
no se quiere decir /
algo siempre se
quiere decir
aunque no importe)
seguís con la mirada
la sombra que mantiene suspendida
esta declaración
insustancial
seguís hablando por
lo bajo
decís que mujer es
tu palabra / de la buena suerte:
otra falacia para enloquecer
a los hablantes
no me sorprende
enero 16, 2018
enero 09, 2018
#SIMONE
No se nace mujer: se llega a serlo.
Ningún destino biológico, psíquico o económico define la imagen que reviste en
el seno de la sociedad la hembra humana; el conjunto de la civilización elabora
este producto intermedio entre el macho y el castrado, al que suele calificar
de femenino. Sólo la mediación ajena puede convertir a un individuo
en alteridad.
(…)
Entre mujeres, el amor es
contemplación: las caricias no están destinadas a apropiarse de la alteridad,
sino a recrearse lentamente a través de ella; una vez abolida la separación, no
hay ni lucha, ni victoria, ni derrota; en una reciprocidad exacta, cada una es
al mismo tiempo sujeto y objeto, soberana y esclava: la dualidad es
complicidad.
Extraído de El segundo sexo |
Le deuxième sexe; 1949.