[POEMA
PUBLICADO EN REVISTA LITERARIA ULRICA Nº4 | ¡GRACIAS!]
I
¿no es eso que
suena
una pared
cayendo en medio
de una
habitación abandonada?
¿no son los
padres de esta
brutal rareza
quienes
adeudan
una estructura
neuro – mental medianamente
sostenible?
sobre todas
las cosas quiero un árbol que fosilice
con su leñosa
existencia
esta
genealogía
la
insoportable carga
de la herencia
un árbol cuya
raíz soporte
los nuevos
términos que exige
la superficie
marcharse es
igual a derramarse
voy a soltar
la siembra
sobre el
escombro
voy a soltar
la furia
sobre los
nombres ocultos
de eso que
elegimos casi siempre por descarte
como
incuestionable
II
un árbol cae
en un bosque y nadie está cerca
para oírlo
el sonido que
produce está franqueado
por lo
metafísico
agrietado
por lo
infinito
aprendí
demasiado tarde
que
exclusivamente existimos en la medida en que somos
percibidos
en la medida
en que algún otro
decide
jactarse
de nuestra
presencia
¿lo aprendí o
me convencieron
-colonizándome-
de haberlo
aprendido?
¿está
efectivamente completa
esta
revelación?
¿y qué es eso
que suena
en medio
de una
habitación abandonada?
tener que irse
no siempre está ligado
a la cobardía
marcharse
puede ser igual a corregirse
atravesar la
pared con peligrosa armonía en desmedro
de la
secuencia final
III
autoconciencia
como refugio
aunque creíble
inestable
un balanceo
exigido
por quienes
suscriben
dije algo
inútil que consiguió atraer la atención
del superotro
demoledora
manera
de existir
dije algo
inútil que consiguió desplazar la posición
consolidada
de la pared en
medio
de la
habitación
sobre todas
las cosas quiero abandonar el espacio
de
meticulosidad sonora
sobre todas
las cosas quiero un árbol
donde colgar
la hamaca
antes de irme
*En
la tradición zen, un kōan es un problema que el maestro
plantea al alumno para comprobar sus progresos. Muchas veces el kōan parece un
problema ilógico, absurdo o hasta banal. Para resolverlo, el novicio debe
desligarse del pensamiento racional común y entrar a un nivel más elevado de su
conciencia, ya que el kōan en cuestión probablemente trascienda el sentido
literal de las palabras. Uno de los kōan más famosos es aquel en el que el
maestro hace batir sus palmas y dice al alumno: «Este es el sonido de dos
manos. ¿Cuál es el sonido de una sola mano?»
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