diciembre 18, 2018

EL VIDRIO Y NO EL JARDÍN


esta mujer en particular

está mirando el vidrio (y no el jardín)

con la certeza de haber encontrado

en ese acto de ilógica disposición ocular

una excentricidad perfectamente acomodable

a su obsesión de parcialidad

 

aprendió a escribir poemas

(y otras cosas 

todavía más anacrónicas

y absurdas)

a la edad de nueve años