agosto 21, 2017

★ precámbrico





ellos la tienen

repiten un patrón que desean nunca haber subestimado
vuelcan paredes donde antes  apenas se aguantaba el suelo
vulneran sábanas
cajas sorpresas
dolores de caries
abecedarios

ellos la tienen y les falta todavía más de un metro y medio para soltarla
para robarle con el roce del mentón el vaho seco
del perfume importado que lleva justo
debajo de la oreja

estamos pensando en cortarle los brazos a las estatuas aunque no seamos griegos
en nacer todas las cosas
en despeinar huesos y brotes
estamos
imaginando más y mejores geologías inéditas
traspapelando cuevas y dromedarios
pictogramas y artes rupestres




y ellos la tienen
la plantan y la riegan
la arrancan del suelo como quien arranca un puñado de acelga para el ramo de la novia  
y la adulteran
la secan al sol sobre ganchos de reses y la vuelven a sembrar

estamos pensando en golpear los caudales de barro con un diccionario
para infligirles daño o lastimarles por lo menos
la costra de palas que les empaqueta el cuerpo
estamos fingiendo
invocando calíopes y facundos
pensando
en desconfiar de las palabras en lugar de insultarlas
en regenerarnos
en alcanzarle el vuelo a las vaquitas de San Antonio

y ellos la tienen

les preocupa el delito de las fotocopias y a nosotros
-          menos vanidosos o más quijotescos -
nos preocupa el negocio online de las máquinas fotocopiadoras
compra – venta / compra – compra / venta – venta

y ellos
hacen una cuarentena de siete u ocho meses por lo menos una vez al año
mientras nosotros
hibernamos todos los otoños cada noventa veranos
y nos bronceamos
las claras y las yemas de los dedos media vez al día
a la luz de un árbol cualquiera
(a la luz de no tenerla)