Hace
apenas unas semanas visité algunas salas de cine de Mar del Plata hurgando en
la muy variada programación del 34º Festival Internacional de Cine. Grande fue
mi sorpresa al percatarme de que el multipremiado documental chileno Lemebel (Reposi,
2019) aparecía únicamente tres veces en la grilla. Conseguí entradas, sí, pero
la sala explotó al momento de la proyección, al punto de quedarse sin butaca
disponible una buena parte de los asistentes.
No
es para menos. El filme, estrenado en septiembre de este año y galardonado con
el Teddy LGTB+ durante el Berlinale (Festival de Cine de Berlín), rompió
récords de audiencia con más de once mil espectadores en las primeras dos
semanas en cartelera.
[...]
El
genio Lemebel – que desde niño ya se sabía genio – nació un 21 de noviembre de
1952, en un barrio marginal de Santiago de Chile. A mediados de unos
intensos años ’60 se mudó con su familia a un conjunto de viviendas sociales
sobre la arteria vial sur, conocida como Avenida Departamental. Recibió, por H
y por B, el más crudo bullying durante su infancia y su adolescencia. Tuvo unos
padres de mil amores, si bien pobres e iletrados. Fue profesor de artes
plásticas durante los 70s, aunque despedido siempre por su «demasiado visible»
homosexualidad. Poeta, escritor, artista visual y pionero del
movimiento queer en América Latina, supo sacudir a la pacata
sociedad chilena de los 80s y los 90s, nada menos que durante el oscuro y
calamitoso pinochetismo.
[en BIOPIC todo
lo que dije sobre este documental] acá nomás! 👆