octubre 31, 2018

★RESIDENCIA


en mi primera casa de la infancia

(la que llego a recordar/

la que más duele)

nos aturdía toda la parte buena de la tarde

el ruido histérico del motor de agua

 

la chapa agujereada del techo

nos dejaba bien definida

su incompatibilidad fáctica

con el exabrupto enardecido de diciembre

 

sólo cuando el tanque rebalsaba

y un milagro

nos devolvía la efectividad servicial

de la bomba

el cuerpo y toda su imperfección orgánica

dejaban de pesarnos

 

hay piezas perdidas

de esta historia

que siguen suplantándose

con ruidos de histerias

con mayores volúmenes de aturdimiento