ya no hablemos
de la depresión
ni del clima
que nada tiene que ver con nosotros
ni de los
grisáceos matices de cemento en el aire
ni de aquellas muertes que se desploman una tras otra
cierras la
carpeta dentro del portafolios
con desgana
alientas los rayos de sol que van desfalleciendo
todavía no has
plegado la cama en la esquina
sin querer
devuelves el calor
a aquel lobo congelado en tu mente
no hay remedio
para los dientes caídos
menos aún para
el espíritu empantanado
seguimos la
corriente, impasibles. Permitimos que el frío
impregne el aire, que la transparencia del mar se extienda
Me duermo – te
despiertas. Tus pestañas
escuchan el
rumor de hojas que flotan en la costa.
Es un otro yo,
imposible de identificar
que antes de
nacer ya partió de este mundo.
Wang Yin
[conocé más sobre el autor
en la Web de FIP BUENOS AIRES 👈]