marzo 09, 2018

LA MEMORIA SE BASTA A SÍ MISMA


TESORO

Ahora dejé la ciudad y vuelvo de la huerta

con olor a tomillo, albahaca, romero,

vos enlazás mis manos, las respirás,

pedís hacer tu casa en ellas.

Un hogar es algo difícil de lograr.

Un hogar es como un árbol.

Si te quitan los árboles, perdés

tranquilidad, belleza y protección.

A veces caigo como una hoja en otoño,

no sé si estoy quieta o en movimiento

pero algo está crujiendo.

Habrá que estudiar lo que dice el maestro.

Cuando más de un árbol se seca

en un mismo lugar, la naturaleza

está avisando: hay un tesoro escondido

bajo las raíces muertas.

 

 

MALEZA

Nos avanza el monte,

trae la espesura,

llega hasta la casa,

entrecruza las ramas,

enrosca lo bueno con lo malo.

Si ahora tirás el corazón

por la ventana,

caería sin ser visto,

se perdería rápido

entre árboles y arbustos.

No digas más nada.

Es difícil comulgar

con la naturaleza.

Volver hacia adentro,

arraigarse como el tala.

A veces el paisaje

se resiste a ser habitado.

Hoy trabajamos la tierra

y prendimos fuego la maleza.

Toda la noche miramos la brasa.

 

 

ARAÑA

Muchas veces sucede.

Camino entre los árboles,

choco una telaraña,

cubre toda mi cara.

No es fácil sacar el tejido

pegado a los poros.

La red no se rompe,

así me atrapa el recuerdo.

La memoria se basta a sí misma,

trabaja con convicción

como una araña, obrera,

suave y fuerte a la vez.

 

De Hay leña, 2017.


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Jimena Arnolfi (Buenos Aires, 1986). Actualmente reside en la provincia de Entre Ríos. Sus textos circulan en antologías, revistas y publicaciones online. Es autora de los libros Hay leña (Caleta Olivia, 2017), Todo hace ruido (Editorial Pánico el Pánico, 2013) y la plaqueta Metafísica (La Fuerza Suave, 2015).