corazón de níspero
Recuerdo en la
siesta
trepar la planta de
nísperos
y ser el buscador
del más dulce oro,
testigo que había
un sol,
redondito y
pequeño,
con el que hacíamos
la guerra,
la ofrenda a Dios,
la corona de la
reina.
Éramos con otros
niños
como alondras,
habitando aquellas
ramas,
aquel jolgorio.
Hoy ya no queda
patio,
ni el abuelo
podando
escalones y nidos,
tampoco el
resplandor de la tarde.
Prisionero de
tantas ausencias
lo fui extraviando
todo.
Sólo guardo
mi corazón amarillo
que me salva.
amo a un hombre pez
Amo a un hombre
pez,
un hombre marino,
acuático como las
algas, como la sal.
Habita en las
profundidades oscuras de todos los naufragios,
a veces llora
terriblemente solo
allá abajo,
en otras baila en
salones transparentes, torrentosos.
Yo amo a ese hombre
pez
de cuerpo
brillante/filoso,
de un mirar constante/horizontal.
Un hombre que me
cuenta eternas leyendas,
que me canta con su
voz de espuma
y me abraza como
puede.
Yo
amo a un hombre pez
y
soy hombre terrestre.
Me condena la
asfixia.
Lo condena mi aire,
mi mundo de pájaros,
mi universo de
redes, de anzuelos.
Me mira desde la
superficie apenas sumergido,
lo miro desde mi
oxígeno
al límite extremo
del ahogo
y nos besamos
apenas un instante,
ínfima eternidad
habitando en la apnea.
Gustavo Tisocco
(Corrientes, 1969). Creador y director del Sitio MISPOETASCONTEMPORANEOS, en el
que difunde a otros poetas desde 2006 y por el cual recibió el Premio Puma de
Plata, otorgado por La Fundación Argentina Para la Poesía. Algunos de sus
poemas han sido traducidos al italiano, portugués, catalán, inglés y francés.
Entre sus libros publicados se cuentan: Sutil,
Entre soles y sombras, Paisaje de adentro, Pintapoemas; Cicatriz, Rostro ajeno; Desde todos los costados, Terrestre,
Quedarme en ti, Reina y Hectáreas.