SUEÑO: LA LOBA SE REVELA
ella vino
a cazarme; a ella también la arrastraron acá abajo
atada como una presa. Y después la soltaron,
la cazada se volvió
cazadora. Vino
por laberintos de piedra gastados por sus pasos, vino
al trueno asombroso & al tambor de su
Nombre, el MANTRA DE LA LOBA, resonando
entre los muros planos de laja
las huellas
los pasos de la Loba
la Loba
tamborilearon. Vino a cazar, pero no me quedé
a que me cazara. En lugar de eso
me
fui.
en silencio
con los chicos a la
rastra.
ella vino, me siguió, no me
persiguió.
Caminó con paciencia detrás de mí como un
perro de la calle.
Vino a cazar, anduvo
por ese piso de piedra gastada
siguiéndome de cerca, uno o dos
pasos atrás.
Me di vuelta para
enfrentarme
para enfrentarla
a Ella:
la del aro de piel
que acentúa lo puro de su cabeza.
ella-la-que-debió-haberme-devorado
se quedó ahí, paciente
reconociblemente
diosa.
Protectora
gran bestia mística de los bosques de Europa.
guerrera verde, vigía.
perra mansa y
guardiana
c/ quien dejar a los hijos.
Madre & hermana.
Yo misma.
Traducción de Sandra
Toro
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Diane
di Prima (USA, 1934-2020). Nació un 6 de agosto en Brooklyn, Nueva
York, lugar donde pasó su infancia y gran parte de su adolescencia. Después de
estudiar dos años en el Swarthmore College se mudó a Manhattan, donde se
convirtió en un miembro importante del movimiento Beat, aquella corriente que
desencorsetó la poesía norteamericana con un estilo crudo y renovado. Nieta de
un anarquista de renombre que ejerció gran influencia en su vida y en su
trabajo, fue cofundadora del New York Poets Theatre y fundadora de Poets Press
y Eidolon Editions, en los que llegó a publicar a muchxs de lxs escritores de
vanguardia durante los años 60. Por más de 40 años se dedicó a la enseñanza de
técnicas de escritura, promoviendo entre sus alumnxs la experimentación y la
apertura de la mente como un esfuerzo de acercamiento a la tierra, al pasado y
a unx mismx. Aunque su obra refleja la agitación política y social de los años
60 y 70, sus últimos trabajos se enfocan en su interés por la alquimia, los
arquetipos femeninos, las tradiciones indígenas de América del Norte y la
filosofía oriental. Entre sus obras más reconocidas se encuentran Memorias
de una beatnik (1969), Cartas revolucionarias (1971) y Loba
(1978). A este último pertenece el texto aquí citado.