No era coqueta
Era fuerte.
June Jordan
Necesito ropa,
dijiste. Una blusa
alegre, de color
subido. Y fuimos
a la tienda. La chica
que nos llevó
a los vestidores se
llamaba Tula.
Te queda rico, dijo,
te queda de novela.
Nos metimos las dos
en esa caja,
entrábamos apenas.
Como no había
asientos ni percheros
te ofrecí mis brazos.
Te sacaste el
vestido, la campera,
te sacaste la blusa,
las hombreras,
te sacaste el
turbante, la remera,
te sacaste el
corpiño, la bolsita de mijo,
te miraste al espejo
y me miraste
y yo vi tu pecho
crudo, las costillas
al aire, y después tu
corazón
como una piedra,
fuerte y fatal
como una piedra.
María Teresa
Andruetto