acomodaba verbos en una cajita de cartón
tiempo derretido sobre una rama seca
a un costado del cuadro
a la izquierda del espectador
a confort de una mentira cualquiera
a capricho limpio
acomodaba elementos atropellados
amuchados de manera insólita
(apogeo que alcanzarían
cinco tenedores bajo la funda de la
almohada
una manzana mordida en el segundo
estante del botiquín
castillos en el aire
o nosotros
y la verdad malversada de este poema)
pero le surgió empezar a resultarle hábito
se mantuvo inextinguible en ese acomodar de recuerdos repetidos
embolsándose en la inteligencia todo lo que tenía en los bolsillos
a pesar de los verbos
de la falta de respeto de los relojes
ahora tendría que acordarse de todo
lo que había olvidado retenerse
una lección ad honorem usualmente
desacostumbrada a ser aprendida
De entre
los ruidos©, 2015.