Prácticamente
por obra y gracia de una muy insólita casualidad, llegué hace unos meses a la
obra de Leticia D’Albenzio (Buenos Aires, 1983), animando un poco la idea de
resucitar la pequeña llama de narrative reader que sabía viva
todavía en mí [¿no tan pequeña quizás?].
Más
que satisfactoria fue la sorpresa al percatarme de que, en medio de tanta
cruzada editorial y narciso suelto, existe aún quien responde con virtuosismo y
con honesta aptitud vocacional a la buena voluntad de los lectores y al amparo
moral del género (repulsiva como pocas la palabra «moral», pero prometo que
viene al caso).
Acá,
entonces, mis tres razones incuestionables para perderse un rato entre las
páginas harto atrapantes de Urticaria (Milena Caserola, 2019).
RESEÑA
COMPLETA 👉 LIBEROAMÉRICA.COM