febrero 22, 2020

PERPLEJIDAD


El poeta contemporáneo es escéptico y desconfía incluso – o más bien principalmente – de sí mismo. Con desgano confiesa públicamente que es poeta, como si se tratara de algo vergonzoso. En estos tiempos bulliciosos es más fácil que admitamos los vicios propios, con tal de causar efectos fuertes; mucho más difícil es reconocer las virtudes, ya que están escondidas más profundamente, y hasta uno mismo no cree tanto en ellas. En las encuestas o en los encuentros con amigos ocasionales, cuando el poeta se ve forzado a definir su profesión, acude al término genérico «escritor», o al de alguna otra profesión que adicionalmente ejerza. El empleado público o los eventuales compañeros de trabajo reciben con cierta perplejidad e inquietud la noticia de que están tratando con un poeta.

 

Wislawa Szymborska