Yanina
Giglio me regaló un día unas preguntas patafísicas muy jugadas y vine a tener
la maravillosa idea de responderlas (con eso ya estaría bastando) 😄
¡Gracias
por este descoco hermoso!
👉Vanesa, ¿adiviná qué? Vamos muy animadas, caminamos lento por una ciudad oculta, casi desconocida. Reímos fuerte hacia el cielo y de pronto leemos este pasacalle: «No hace falta ser la causa para defender la causa». Entonces, te pregunto:
¿SOMOS CAUSAS Y/O CONSECUENCIAS?
Me
siento inclinada a sospechar que la mayoría de las veces somos aleatoriamente
una cosa y otra. La vorágine desenfrenada de la noche, su desorden radical y su
confusa borrosidad, nos van convirtiendo poco a poco en el por qué,
mientras que, indefectible y hasta por momentos mórbidamente, a primera hora
del día, cuando la abstracción concluye, devenimos en las secuelas imborrables
de los por lo tanto. Ocurre que, en nuestro afán por ser el motivo
– el fundamento natural de todas las cosas- olvidamos que hay un desenlace
demasiado próximo que atender, y que a las consecuencias siempre hay que
pagarlas o, en el mejor de los casos, atenerse lisa y llanamente a ellas.