Exótica
—y hasta, se me ocurre, un poco caprichosamente— la poesía tiene que ser alguna
especie de trampa engañosa, impulsada por vaya a saber qué complejo mecanismo
de elegancia estética y de autoconocimiento. Sobre esa trampa se extiende un
puente desierto y pernicioso, precariamente fabricado con cuerdas harapientas y
fragmentos de maderas deterioradas. Encima de ese puente está el poema, limpio
y desinteresado, ampliando inescrupulosamente su zona de confort, a la espera
del llamado o del salto.
Por
acá, más y mejores apreciaciones sobre tan escabroso y harto polémico asunto:
“La
poesía es un acto de fe (...) / un intento supremo y desesperado de verdad y
rescate en la perduración”. [Olga Orozco]
“La
poesía siempre es lo otro, aquello que todos ignoran hasta que lo descubre un
verdadero poeta”. [Oliverio Girondo]
“La
poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del
suicidio y de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de
lo que no es su libertad o su verdad. Decir libertad o verdad y
referir estas palabras al mundo en que vivimos o no vivimos es decir una
mentira. No lo es cuando se las atribuye a la poesía: lugar donde todo es
posible (…). Nos vienen previniendo, desde tiempos inmemoriales, que la poesía
es un misterio. No obstante, la reconocemos: sabemos dónde está. Creo que la
pregunta “¿qué es para usted la poesía?” merece una u otra de estas dos
respuestas: el silencio o un libro que relate una aventura no poco terrible: la
de alguien que parte a cuestionar el poema, la poesía, lo poético; a abrazar el
cuerpo del poema; a verificar su poder encantatorio, exaltante, revolucionario,
consolador (…). En verdad es un poco estúpido hablar de poesía: o se la
hace o se le lee”. [Alejandra Pizarnik]
“El
diccionario tiene una definición para cada cosa; cuando son cosas muy
concretas, la definición es tal vez aceptable, pero muchas veces a lo que
tomamos por definición yo lo llamaría una aproximación. La
inteligencia se maneja con aproximaciones y establece relaciones y todo
funciona muy bien, pero frente a ciertas cosas la definición se vuelve
verdaderamente muy difícil. Es el caso muy conocido de la poesía. ¿Quién ha
podido definir la poesía hasta hoy? Nadie. Hay dos mil definiciones que vienen
desde los griegos, que ya se preocupaban por el problema, y Aristóteles tiene
nada menos que toda una Poética para eso, pero no hay una
definición de la poesía que a mí me convenza y sobre todo que convenza a un
poeta. En el fondo el único que tiene razón es ese humorista español —creo— que
dijo que la poesía es eso que se queda afuera cuando hemos terminado de definir
la poesía: se escapa y no está dentro de la definición”. [Julio
Cortázar]