metidas en una lámpara
de la que no sale nunca
ningún genio
–ningún excedente
cíclico–
aunque la froten o
aunque la rompan
en la otra punta del
jardín se puede bajar a ver la espuma
de los que viven
de los que visten y
bautizan galerías enteras
con nombres de cuevas
en eso estamos cuando
nos vienen la risa convulsa
y el aturdimiento
mostramos en las caras
el escándalo que nos produce
la deformidad del suelo
contra la piel
alguien soporta nuestro
lenguaje
y hace más marcas en las
paredes;
del aceite que sobra se
pueden usar las partes
menos infectadas
la lámpara
(como toda lámpara)
cae
ellas se frotan:
se rompen
Inédito, 2016.
Imagen: Pinterest