“(…) no me desmemories / acaso las dos sepamos que te estoy buscando / Me
duele todo (no me dolería si me tocaras) / Claro que te besaría una mano y
lloraría, pero sos mi paraíso perdido. Vuelto a encontrar y perdido. / Silvine,
mi vida (en el sentido literal) le escribí a Adolfito para que nuestra amistad
no se duerma. Me atreví a rogarle que te bese (poco: 5 o 6 veces) de mi parte y
creo que se dio cuenta de que te amo sin fondo. / Te dejo: me muero de fiebre y
tengo frío. Quisiera que estuvieras desnuda, a mi lado, leyendo tus poemas en
voz viva. / (…) te beso como yo sé (…) O no te beso sino que te saludo, según
tus gustos, como quieras. Me someto. Siempre dije no para un día decir mejor sí.”
Carta a Silvina Ocampo (fragmento).
Buenos Aires, 31 de enero de 1972.