El cuerpo, las cosas, lo otro.
Y esto que sigue, que salió hace unos
días.
[La cabeza sobre las manos y un poco de agua justo debajo del argumento. El
límite es siempre un estímulo y la cabeza, portadora de sueños. Al otro lado
del vidrio, las típicas cosas que suele haber del otro lado del vidrio:
portarrollos eléctricos, manuscritos incompletos, imanes, planchas antiguas con
detectores de movimiento.
La cabeza siempre infatigable, sólido soporte, resistente. Prototipo ideal para
los no resueltos, fantasías, amplios esquemas de engaños y
desvaríos. El cuerpo gravita al mismo tiempo que recita de memoria todas las
contrapartidas de ese espacio que habita. Exige un lenguaje. Siempre sobre las
manos, la cabeza está obligada a elegir la palabra que mejor nombra.
Dejarse afectar por la rareza viene a presentar una salida posible. El cuerpo
usa la transpiración del vidrio para redactar figuras. Del otro lado, las
típicas cosas se licuan o se endurecen. La cabeza portadora de sueños,
recuerda. El recuerdo es el pasaje preciso y vital de un libro. El agua justo
debajo del argumento. El cuerpo ha escrito ahora sobre las manos la misma frase
que la cabeza ha recordado: “Digo que estoy despierto, pero sueño”.]
Inédito, 2024.