yo escribo para que vos
me leas,
para que explote el
fuego
sobre las venas de todos
tus nombres;
escribo para que pese un
poco más
el aire que nos vuela
las páginas todavía en blanco,
perfecta revelación de
nuestro pacto,
del cofre anónimo que
nos contiene.
en esta selva cíclica,
yo escribo;
pongo pisadas en las
memorias de nuestros suelos,
–ejemplos vivos de nuevos posibles verbos–
y reseño las pausas
pendientes,
abro paréntesis,
descubro,
atravieso,
escribo
para que vos me leas.
Inédito, 2016.