y es el borroso tramo del reloj
esta vez
el que nos escurre los labios por la mirilla
el que nos quema
a esas horas
sólo habla el viento con los árboles más altos
y las sirenas intermitentes del caos cívico
apenas se oyen roncar
en ese tramo
un único y auténtico espasmo viene a buscarme
es tu mano
acomodada boca abajo sobre el espeso letargo
sobreentendida
desabrigada
en permanente sincretismo tántrico con la mía
vívida
íntima
impostergable