Pasó otra edición del FILBA Internacional y nos llenamos otra vez de ese ajetreo inevitable de emociones 🙌
Por supuesto que sucedió mucha poesía y que nos llevamos más de una sorpresa 🎁
No tengo tanto registro (me entregué a
la fascinación), pero sí tengo este pedacito de momento mágico: el encuentro
con Beatriz Vignoli 🧡
Entre otras cosas, Beatriz leyó inéditos
y algunos de su último libro Museo del viento (Nebliplateada, 2023).
Esto dijo ella misma sobre el libro:
«En el centro de este libro hay una
alegoría: la película soviética Stalker (1979). Andrei
Tarkovski la rodó bajo condiciones ambientales insalubres en una central
hidroeléctrica abandonada. Los primeros meses de tomas se arruinaron casi por
completo; los actores –quienes guardaban la memoria de aquella primera versión
perdida– fueron muriendo jóvenes como consecuencia de la radiactividad del
lugar. Esa alegoría divide el libro en dos partes. La primera es bien reciente
e incluye la serie “Museo del viento”. La segunda –que originalmente iba a
llamarse “Infinita riqueza abandonada”– contiene textos compuestos a fines del
siglo veinte en una máquina de escribir Olympia portátil, bajo condiciones
sociales extremas de pobreza, soledad y ostracismo.
El imaginario distópico de Siberia
condensa ambas mitades. La conservación material misma de la sección más
antigua –una escritura entre la autoficción y el fatum ancestral–
contradice en alguna medida mi concepto de “museo del viento”, ya que integraba
un archivo de inéditos salvado al menos temporalmente del olvido por esta
publicación. Al comienzo del libro, tomo un par de instantáneas de la clase
trabajadora y medito sobre la fugacidad de existir; desgrabo la evocación de mi
primer poema (no escrito) que hice para un disco de Gabo Cuman y exploro la
paradoja de retener la huella borrada, la doble pérdida que hace al concepto de
“museo del viento”: un registro o recuerdo de lo perdido que a su vez se pierde
y olvida. Y al final, el universo mismo es finito. Soy la suma de todos
los termos que se me han ido rompiendo.»
Abajo dejo un poema de Beatriz que me
encanta –no de este libro sino de Expreso (Editorial Biblioteca, 2022)– y
que está dedicado a la Asociación de Mujeres Muralistas de Argentina (AMMURA) 👈
Por cierto: la felicidad total ❤
LUNA EN PISCIS
(a AMMURA)
No bajé al río hasta que me dieron un mapa y me
esperaron.
Ahora es todo silencio y una nube sola en el cielo de
la tarde.
Luego retornarán trayendo las piraguas como heridos
de guerra de angarillas.
Serigrafiada en el mostrador del bar, una calavera ríe
a carcajadas.
Menos los pescadores, todo acá es un decorado
inverosímil,
una locación de la película cuyo rodaje moriremos sin
pagar.
¿Es el río aquello azul ahí afuera, detrás del tótem
hawaiano?
Se fantasea con mar, océano, cualquier cosa
recordada de un viaje.
Merodeo por el barrio de la costa, sus mansiones con
jardines moribundos.
Regreso luego de años a unas escalinatas que ya no
tengo ganas de bajar.
La mejor casa de la ciudad parece un barco y no veo
que la habite nadie.
Quisiera comprarla y sembrar maíz en la terraza,
beber ahí hasta morir.
Un puente cruza el río y es igual al Golden Gate; otro
sobrevuela la avenida
y está vacío, completamente oxidado, fantasmal.
Nadie sube ni camina por ahí.
Ya es uno de los puentes del mundo. En el
mostrador del bar, un pinito nevado.
Adentro no hay aire y afuera hace cuarenta grados
Celsius a la sombra.
En esta ciudad todos dicen: “Voy al rio”. Yo no sabía
que era tan fácil llegar.
Es cruzar otra calle más, correr por la arena fina y
meter las patas en el agua.
Casi estoy por preguntarme qué voy a hacer con
todos los años perdidos
y con los que me queden, pero ni unos ni otros están
ahora conmigo acá.
👉 OP. CIT ➪ ENTREVISTA A BEATRIZ VIGNOLI
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Beatriz Vignoli (Rosario, Santa Fe, 1965). Poeta, narradora, periodista,
traductora y crítica de arte.
En 1991, comenzó a colaborar en la sección Cultura de Rosario/12,
donde actualmente es crítica de Plástica y Literatura. Una reseña suya
publicada en este medio obtuvo en 2009 el premio Blanca Stabile, de la
Asociación Argentina de Críticos de Arte.
Ha colaborado, además, en el diario The Buenos Aires
Herald, el suplemento «Grandes Líneas» del diario El Ciudadano y en
las revistas Diario de Poesía y Hablar de Poesía.
Publicó los libros Viernes (2001), Nadie sabe
adónde va la noche (2007), Lo gris en el canto de las hojas (2014)
y Museo del viento (2023), entre otros.
Su trabajo, tanto en verso como en prosa, es uno de los
referentes más importantes de la literatura argentina del siglo XXI.