No se nace mujer: se llega a serlo.
Ningún destino biológico, psíquico o económico define la imagen que reviste en
el seno de la sociedad la hembra humana; el conjunto de la civilización elabora
este producto intermedio entre el macho y el castrado, al que suele calificar
de femenino. Sólo la mediación ajena puede convertir a un individuo
en alteridad.
(…)
Entre mujeres, el amor es
contemplación: las caricias no están destinadas a apropiarse de la alteridad,
sino a recrearse lentamente a través de ella; una vez abolida la separación, no
hay ni lucha, ni victoria, ni derrota; en una reciprocidad exacta, cada una es
al mismo tiempo sujeto y objeto, soberana y esclava: la dualidad es
complicidad.
Extraído de El segundo sexo |
Le deuxième sexe; 1949.
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Simone de Beauvoir (1908-1986). Filósofa,
escritora y activista francesa. Su pensamiento se enmarca en la corriente
filosófica del existencialismo y su obra El segundo sexo (1949) se
considera fundamental en la historia y basamento intelectual del feminismo.
Siendo muy joven consiguió
independizarse económicamente y se dedicó plenamente a su carrera de escritora,
algo fuera de lo común para la mujer europea de mediados del siglo XX. Junto a
Jean Paul Sartre y otros intelectuales de la época fundó en 1945 la revista Les
Temps Modernes, que pretendía difundir la corriente existencialista a
través de la literatura contemporánea.
Su célebre frase «no se nace mujer, se
llega a serlo», supone que aquello que solemos entender colectivamente bajo el
concepto universalizado de “mujer” (hembra de la especie humana: coqueta, servicial,
“femenina”, cariñosa, sensible; primero hija y hermana, luego madre y esposa),
no es más que un producto cultural que se ha construido socialmente sobre el
cuerpo sexuado de las mujeres. En otras palabras, la mayor parte de las
características que presentan las mujeres no les vienen dadas por su genética
ni por su biología, sino por cómo han sido educadas, adoctrinadas y
socializadas a lo largo de los siglos.
De más está decir que El segundo
sexo – del que se vendieron más de veintidós mil ejemplares en su primera
semana en librerías – causó grandes escándalos y fue objeto de acalorados
debates tras su publicación en 1949.