Me alejo un poco, me postergo;
me tomo un rato con el vuelto de agujas vírgenes
que deja el reloj pulsera sobre el autismo de la
mesada;
planto carteles en la humedad vintage del césped
y vuelvo;
me ato a este viaje de electrones y de clavos
sueltos.
Sigo anotando. Persisto.
Inédito.