se levanta pensando
que acaso
por esta vez le vendría mejor vestirse de algún otro
de alguna otra
de una fulana o de un
mengano
para no tener que
afeitarse ni castigarse la vista con el conservante sintético del rímel
para no tener que
autoplagiarse
se levanta cojeando el
pie izquierdo y la mano ambidiestra
pariendo otra excusa
para no tener que volver a dormirse
ha soñado en hebreo
ha soñado otra vez con
alambres de púa manipulándole el abdomen
con faraones / con ranas
/ con tierras prometidas
ha soñado el mismo granizo que antes le entumecía los dedos
escupiéndole el fuego en la cara
ha soñado sangre en el
agua
ha soñado el éxodo
otra vez se levanta
otra vez pensando que
las mariposas quedan menos obvias en el frasco de las langostas
que mejor no abrirlo
otra vez se levanta y
aunque todavía no se viste
se le pasa de moda la
ropa
vuelca lo que le queda de café sobre la tapa del libro que está leyendo
y se pone a interpretar los comentarios de la taza
que siempre tiene algo
para decir / que siempre llora cuando le pelan una cebolla cerca
y aunque no cree en la
cafeomancia lo mismo la lee
sabe que cuando la
decapiten le va a quedar por lo menos una cabeza menos
sabe que el mundo está
por tocarle el timbre en cualquier momento
y que hay que desactivarle la alarma
antes de se ponga a patear las macetas y la alfombrita
de bienvenida
sabe que va a tener que
levantarse
sabe que todavía duermen
los primogénitos y que ya vienen de nuevo las tinieblas
sabe hablar en esclavo
sabe que ella es Egipto
y que no hay forma de escaparse
habrá que abrir los
mares
Publicado en la antología Entre realidades y poemas (Ed. Dunken, 2015).
Rosa viejo fue leído por primera vez durante la
edición #100 del ciclo cultural marplatense “La Prosa Mutante”. Tiempo después, fue seleccionado por el grupo compilador de Editorial Dunken, como
parte de su antología anual de obras inéditas.
Dicho librito anda por la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 📚
Agradecida y feliz