octubre 29, 2022

MI POEMA DIRÁ LO QUE PODRÍA HABER SIDO

 

LA DESOBEDIENCIA


Por favor, dijiste: no hagas

de mis palabras un poema


no abras la herida porque

adentro hay más herida

y así al infinito


pero yo

que del amor hice una tumba

y no me canso de cavar

te someto a mi ficción:


necesito que me quieras

como quien vuelve a un país

y no me importa lo que pidas


mi poema dirá lo que podría haber sido

si no hubiéramos callado

mi poema dirá todas las cosas

que no fueron:


la casa que nunca construimos

el deseo del que nunca nos curamos

las mandarinas del otoño

que no volveremos a comer.


Por favor, dijiste y yo te digo no

por primera vez y para siempre.


Alguien de otro tiempo leerá

lo que debiste haber sabido


alguien de otro tiempo pensará

en nosotros

en todo aquello que perdimos

en todas las cosas

que dejamos perder.


 

DÉJÀ VU


Al borde del mundo está el mundo:


hay que ir más allá para poder apreciar

el brillo de la palabra brillo

la oscuridad del verbo desear.


Hay que aprender a mirar de cerca:

soy un terreno baldío

un tesoro saqueado

una cuchara vacía en una mesa

muy pobre.


Pienso en vos cuando las cosas faltan.


Mentiría si dijera que nunca tuve ganas

de partir para poder despedirte

con una lágrima en la mano

con la memoria a rojo vivo

y el corazón entre los dientes


mentiría si dijera que nunca tuve ganas

de partir para ser quien se va y no

quien espera


mentiría si dijera que no pienso

en nosotros cuando escucho

un plato contra el piso

cuando veo en sus pedazos

la imposibilidad de volverlos a juntar.


 

UN BOCETO QUE NO SE PARECE A MÍ


Me gustaría poder escribir

sin pensar en el mañana

dejar de vivir arrodillado

frente a los días.


Nací con un epígrafe

en el lugar de la boca:


cada palabra que pronuncio

sabe a despedida


una ceremonia incierta

donde siempre estoy partiendo

a otro lugar donde no estas

(y yo tampoco)


cada palabra que pronuncio

me aleja de la tierra que quisiera habitar.


En la escritura me busco y me repito.


Nací con un epígrafe

en el lugar de la boca:


cuando callo me ahogo en las cosas

que no digo

hasta caer inconsciente en el fondo

de mí mismo

hasta volverme extranjero y olvidar

que tengo lengua casa paisaje y país.


Lo que no digo

es siempre más que todo esto

mucho más que esta mesa

y estas tazas y este espanto.


En la escritura me busco y me repito.


En este poema tampoco estoy.

Ninguna palabra es el fiel retrato

de mi cuerpo.


 

POR ESO ESCRIBO ESTE POEMA


En mi poema existe el todavía

porque me rehúso a escribir

la palabra nunca


porque en el fondo no quiero

que esta historia termine


porque en el fondo no quiero

que esta historia sea contada por otros

que esta historia sea narrada

por la historia

y omita los detalles pequeños

(que son los únicos que importan).


Nadie dirá por ejemplo

que una vez despertaste diciendo

mi nombre

que me viste llorar más

que nadie en esta tierra.


Nadie dirá que me hiciste prometer

que no iba a dejar de escribir otra vez

y que por eso escribo este poema

por eso insistí en escribir

tantos otros

inleíbles, avaros, tercos.


Yo descreo de la belleza.


De tanto caer mi cuerpo ya no sabe

si carga piedras o deseo.


Poemas extraídos de Palabras Tectónicas (Inflorescencia Editorial, 2022)

 

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Pablo Romero (Tucumán, 1999). Poeta, editor y traductor. Compiló junto a Rosa Berbel la antología Orillas (2015), una muestra de poesía joven hispano-argentina. Es autor de Los días de Babel (México, 2015) y su poesía fue traducida parcialmente al italiano y al portugués. Desde 2019 codirige Aguacero Ediciones, editorial de poesía y traducción con sedes en Buenos Aires y en San Miguel de Tucumán. Residió en Eslovaquia como estudiante de intercambio de Rotary International y traduce poesía eslava. Actualmente cursa el Profesorado y la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de Tucumán.