noviembre 09, 2020

«LA IDENTIDAD NO SE GESTA EN LA ENTREPIERNA»

 

Les comparto un fragmento de la reseña que escribí sobre el libro Transgresoras (Milena Caserola, 2019) para LIBEROAMÉRICA 👈

¡Gracias por leer siempre!

 

 

Aquello que se repite y que insiste, de modo apremiante, en las páginas de Transgresoras: Un recorrido por la poética feminista latinoamericana (Milena Caserola, 2019) –  compilación impecable de Esther Pineda G. – es aquello mismo que también apremia de este lado de lo escrito, lo que es forzoso transgredir por impostergable, porque lacera y porque urge.

 

La historia es harto conocida: «las mujeres no saben escribir, no pueden escribir, no tienen porqué escribir». Las prohibiciones, restricciones, subestimaciones y manipulaciones impuestas a las mujeres a la hora de encontrar editores o divulgadores de sus obras han sido – y siguen siendo – moneda corriente en el siempre inconsecuente espacio de la intelectualidad, donde la literatura ha sido durante siglos dominio exclusivo del varón.

 

En demasiadas ocasiones, los abusos opresivos del sexismo han venido a determinar los destinos de miles de mujeres que, subyugadas a la exigencia social de convertirse en buenas esposas, buenas madres y buenas amas de casa, vieron frustrados sus más elevados deseos de convertirse en autoras: «haber nacido mujer significa: / que tu cuerpo no te pertenece / que tu tiempo no te pertenece / que tus pensamientos no te pertenecen. // Nacer mujer es nacer al vacío.», nos ratifica la escritora y licenciada en Ciencias de la Educación nicaragüense Daisy Zamora. Incluso la misma Esther Pineda toma registro de esta cuestión al recordarnos en la introducción que, a lo largo y a lo ancho de la historia, la literatura escrita por mujeres ha estado «condicionada por diversos procesos socio-culturales, entre los que se destaca una educación diferenciada, la exclusión de los medios productivos, y la apropiación masculina de la mayor parte de su producción literaria.»

 

 

RESEÑA COMPLETA  👉 «LA IDENTIDAD NO SE GESTA EN LA ENTREPIERNA»