Uno de los calificados deseos para este 2017 que ya
casi llega: Seamos siempre un poco más posibles, más escandalosos, más
incandescentes y más libres.
¡Felicidades!
Ante todo hay que comenzar por liberar la palabra (…).
Es necesario que la palabra se pliegue a lo maravilloso, a lo imprevisto, como
las ropas al cuerpo de Ofelia (…). Que la poesía tome su forma con la misma
radiante velocidad del fuego o del océano. Que devore los materiales vivos de
la realidad, reposando sólo en el poder incantatorio
del lenguaje librado a sí mismo y, por primera vez, en libertad.
Enrique Molina, en A
partir de cero, N°1 (Buenos Aires, noviembre de 1952).