mayo 29, 2022

TIENES SED Y EN AGUA TE CONSUMES


Bautizada como Alfonsina Storni Martignoni, nació el 29 de mayo de 1892 en Sala Capriasca, un pequeño pueblo de la Suiza italiana. Sus padres, dueños de la fábrica de cerveza Los Alpes, en la provincia de San Juan, habían regresado a su país natal en 1891, aunque pasados unos pocos años decidieron regresar a continuar sus negocios en Argentina.

Fue escritora, dramaturga, docente y periodista. Madre soltera, feminista, una de las primeras impulsoras del voto femenino en el país y firme opositora del modelo de mujer de clase media que pretendía imponerse en los años ’20 (esto es, la niña protegida en el hogar, educada para el matrimonio, a la que sólo le preocupaba su apariencia y el «bienestar» de su marido).

Frecuentó el mundo intelectual de los «años locos» de Buenos Aires, en los que destacaban los excesos estéticos, las revoluciones, el art decó y los grandes inventos.

Como poeta, obtuvo reconocimiento tanto nacional como internacional, llegando incluso a representar a la Argentina en el famoso encuentro «Las tres musas de América», llevado a cabo junto a la uruguaya Juana de Ibarbourou y la chilena Gabriela Mistral, en el que las tres mujeres fueron convocadas por el gobierno de Montevideo para impartir una serie de conferencias.

Sabemos, sí, que dejó una vasta y multiforme obra. Sabemos también que sus poemarios más celebrados [La inquietud del rosal (1916), Irremediablemente (1919), Languidez, (1920), Ocre, (1925), Poemas de amor, (1926) y Mascarilla y trébol, (1938)], oscilan entre el romanticismo clásico y el intimismo sintomático del modernismo más crudo.

Como una pieza trovadoresca, el mito sobre su suicidio se ha transmitido casi sin variaciones a lo largo de ocho décadas: en la primavera de 1938, poniendo el preámbulo a un episodio de su vida minuciosamente premeditado, abandonó la habitación que ocupaba en la pensión de la calle 3 de febrero 2851, en la ciudad de Mar del Plata, y caminó hasta el muelle del ya desaparecido Club Argentino de Mujeres. Desde allí se arrojó, a la furia del Atlántico, la madrugada del 25 de octubre, poniendo el definitivo punto final a los dolores físicos y emocionales que la perturbaban desde hacía años.

La carta para su hijo Alejandro, el poema para publicar en el Diario La Nación – bajo el título «Voy a dormir» – y la nota sobre la mesa de su habitación, en la que certifica su brutal desenlace («me arrojo al mar»), fueron sus tres actos escriturales finales, como un gran contrasentido tríptico que cierra una excelsa obra maestra.  

Y aunque el imaginario siga insistiendo en perpetuar la imagen de esa Alfonsina doliente y desgraciada, que se quita la vida en la escollera y se inmortaliza, es importante continuar perseverando en la revelación de su vida y de su obra, como bien lo explica el historiador Gabriel Di Meglio en el documental Bio.Ar: Alfonsina Storni: «casi todos recuerdan, de manera emblemática, su trágica muerte. Pero se trata de una figura que fue bastante más que ese final célebre. Indagar en los trazos de su historia es también hablar de una época de desafíos, en que algunas mujeres empezaban a ocupar espacios clausurados, a decir palabras antes prohibidas, a ensanchar los límites del mundo que los hombres habían construido para ellas.»

 

Acá un poema cortito, como para poner solamente un ejemplo:



¿QUÉ DIRÍA?

¿Qué diría la gente, recortada y vacía,
Si en un día fortuito, por ultrafantasía,
Me tiñera el cabello de plateado y violeta,
Usara peplo griego, cambiara la peineta
Por cintillo de flores: miosotis o jazmines,
Cantara por las calles al compás de violines,
O dijera mis versos recorriendo las plazas,
Libertado mi gusto de vulgares mordazas?
¿Irían a mirarme cubriendo las aceras?
¿Me quemarían como quemaron hechiceras?
¿Campanas tocarían para llamar a misa?
En verdad que pensarlo me da un poco de risa.

De El dulce daño, 1918.




👉 RÍO DE LA PLATA EN ARENA PÁLIDO (POEMA EN VOZ DE ALFONSINA)

👉 SOBRE ALFONSINA (VIDA & OBRA)

👉 9 POEMAS DE ALFONSINA

👉 SOBRE EL CLUB ARGENTINO DE MUJERES (MDP, AÑOS ’20) 

👉 BIO.AR: ALFONSINA STORNI (DOCUMENTAL)

mayo 24, 2022

TIKTOK ♪

 

cuento con ese final que aseguraste

una frecuencia inexplorada

de desenlaces posibles

sigo el camino de hilo

de los desconsolados

 

durante un tiempo – está comprobado –

toda maniobra ejecutada desde la opacidad de las cosas

es compatible

con el temor que nos provoca

la piedra en la máquina

 

adentro del libro dejo cambio chico y me despido

me despido contraproducentemente

y digo la noche

decir la noche es decir

lo ominoso

lo que no puede ni quiere ser narrado

lo que no puede ni quiere

consumarse en la saturación anticipada de lo que estuvo antes

de lo indecible

puertas adentro

 

porción extrema de ingenuidad:

la ingenuidad

vino a desacelerar el ritmo

de la tormenta

 

despedirse:

rastreo

en una lista incautada de pies de fotos

palabras que soporten permanecer aplicables

a tal fin

cuento con ese final que aseguraste

sigo

(inenarrable)

el camino de hilo

de los desconsolados 


[CLICK EN LA IMAGEN PARA ACCEDER AL VIDEO 🎬]



mayo 12, 2022

YO EXISTO AÚN ANTE EL MIEDO

 

Leí este poema de Leonor esta mañana y me di cuenta de que así es exactamente como me siento, de que esto es exactamente lo que yo estuve queriendo decir desde hace meses.

Leonor supo enseñarnos que «un poema es un instante de lucidez, de fascinación ante la historia». Entonces yo agradezco que esos pocos minutos de hermosa alienación de esta mañana, mientras leía a Leonor, hayan sido mi también hermoso y profético «instante de lucidez» 💗

 

 

EXISTO

Yo existo aún ante el miedo

golpeteando cascabeles de verano.

Yo existo.

Que el mármol resguarde

mis blasones de harapo,

porque transcurro.

Mi canto entrelaza jirones de asfalto

y estoy, o me voy,

o me quedo, o naufrago.

 

La lámpara hilvana cansancio de luz

en su gesto callado.

Quedo atrapada en tus ojos maduros y blandos.

Recorro la medular tristeza

de tus calles noctámbulas

y el viento es un mito desnudo

que rasguña apenas

la desolada piel de los faros.

 

Mi vida de hojaldre está quieta.

Mi cabeza de pájaros nocturnos

se deja caer, se derrumba.

Se abandonan mis manos

a su mudo destino de símbolos.

Pero yo sé que existo.

 

Aún ante el horario repetido

de los atardeceres mundanales y tiesos,

contagio un latigazo oscuro,

un rasgo gastado,

la impotencia brutal de mi destierro.


De Mudanzas, 1974.

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Leonor García Hernando (San Miguel de Tucumán, 1955-2001). Poeta de culto, formó parte del consejo de redacción de la revista Mascaró. Publicó Mudanzas (Ediciones del Taller Literario Mario Jorge De Lellis, 1974), Negras ropas de mujer (Colección de Poesía Mascaró, 1987), La enagua cuelga de un clavo en la pared (Último Reino, 1993), Tangos del orfelinato / Tangos del asesinato (Colección de Poesía Mascaró, 1999) y El cansancio de los materiales (Colección de Poesía Mascaró, 2001). Falleció en la ciudad de Buenos Aires, dos semanas antes de la publicación de su último poemario.


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mayo 05, 2022

GRACIAS, @PANPOECIA

 

Gracias @panpoecia por esta sorpresa hermosa!

Feliz de poder compartir poemas de este libro de locura, editado en Colombia por El Taller Blanco Ediciones y con un prólogo de lujo de Gastón Malgieri 👏💗

Emocionante el trabajo de mil puntos que hace cada día Gastón Vázquez 👏


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«El proceso alquímico de la poética de Almada Noguerón consiste en hacer cómplice a sus lectorxs de ese nuevo modo de reclamar lo propio. Porque cuando habla de hacer estallar las formas geométricas y lingüísticas, sabe que esa batalla es colectiva. Si el idioma habrá de inventarse de nuevo sobre las cenizas de aquello que nunca quiso nombrar, será con todas las lenguas hasta ahora consideradas menores, sin peso.» Gastón Malgieri

Poema: aguardiente

Libro: Límbica (El Taller Blanco, 2020)

Autora: @vane.almada.nogueron

Versos hechos en masa de pan casero cocinados al horno de barro.

Cantidad de material: 800 gramos

Temperatura del horno: 250 grados Celsius

 




AGUARDIENTE


Es una broma.

No sé cómo se puede escribir sin usar por lo menos uno

de tus siete apocalipsis

(por lo menos uno

de tus giros semánticos más habituales).

Es una broma cuando cierro todos los archivos sin haber anotado nada,

cuando me invento construcciones verbales tóxicas

porque no puedo siquiera copiar de alguna parte,

manipular una oración caprichosa a mi favor.

 

¿existe algún poema que realmente

me pueda salvar?

¿algún salón con pisos encerados de baldosas blancas

donde podamos de verdad pisar?

 

Desde acá alcanzo a ver la lista de palabras compuestas

que sugirió el buscador.

Elijo cualquiera de entre las primeras y pienso

en cuántas horas más de sed vas a ser capaz de soportar.

 

Sobre el estigma sarcástico de esta broma no hace falta decir mucho.

Ahora me doy cuenta de que ese resto en la botella nunca fue tan nuestro.

Y escribir esto nunca fue tan fácil.

Ni tan gracioso.

De Límbica (Cali: El Taller Blanco, 2020)