abril 06, 2014

★TODOS LOS NOMBRES SON PROPIOS



Lo que yo preferiría más que nada es decirlo en la mitad de las oraciones,

convertida en mujer-topo,

descalza,

aprovechando los llenos de los vacíos

y las partes del todo

(siempre hay un todo por vaciar o por llenar).

Lo que yo preferiría es una buena ducha tibia de enciclopedias

sobre el grueso de la espalda.

Un banco   

donde apoyarle los sombreros a los sarcasmos que me vayan quedando afuera.

Lo que yo preferiría es que no me estén fotocopiando el habla

para repartírselo en las noches a los vendedores de frío que andan por los fuegos,

que me abracen las asperezas mientras me afeito los sustantivos

y que le den de comer en la boca a todas mis bibliotecas

si algún día enmudezco.

Lo que yo preferiría es que la furia con que me venga el texto a la boca

no nos termine derramando más verbos imperfectos en nuestra lista de pendientes.

Que inauguremos o que nos caigan los de inspección de una vez y nos clausuren.

Que como soy de cuerpo incompleto pero de lengua concurrida,

lo que se tiene que decir

preferiría ser yo la que lo diga (o lo calle / o lo olvide)

preferiría ser yo la que le ponga las comillas a las citas y a los reveses irónicos

preferiría ser yo la que se quede con la primera palabra

ya que la última

va a terminar siendo siempre la que el punto venga a infectar de esfericidades,

de perversos contornos  

y de finales. 


Inédito, 2014.