abril 18, 2013

★DIVINA COMEDIA



a Juan*

 

Dando vueltas por otro infierno frígido te tropecé.

Ibas juntando vicios,

como un Dante que se imprime en las caderas los círculos

para enumerar las órbitas que tienen los caprichos.

La urgencia de nacer los dos sabíamos– te había venido repetida

y te rasgaste en mitades;

fuiste un prójimo duplicado que compartió las aguas previas

y las tripas externas

de la concepción.

Pero ya andabas solo.

Las malas compañías no habían querido irrumpirte.

No habían querido seguirte, ni llorarte.

Y existías así tan último

tan ajustado al orbe, tan kaos.

Ni la corbata ni la camisa te podían tocar el pecho

porque el vaivén de la censura,

así como el Zoo rústico y el mal dormir,

te habían envuelto en llamas

y los hedores urbanos que hacían supurar los aires

se habían girado el olfato para atufarse:

ahora eran mares sumisos, confitados y con sabor a fresias.

Con sólo vernos,

en ese instante todo, donde el fuego nos iba masticando el fondo

entendimos que a nuestros cuerpos

les iba a faltar siempre ese rock de radio,

les iba a escasear el hambre de calma

y de sexo opuesto,

les iba a insultar la gula teórica, el cinismo legítimo,

los micrófonos mudos

y las páginas en blanco.

Y entonces me dije

que si alguna vez volvías del fuego

ibas a ser uno, ibas a ser brasa tántrica,

la burla clandestina de los estatutos y los otros sapiens.

Y que, si alguna vez volteabas,

ibas a ver los espejos,

y nos ibas a descubrir de nuevo rotos,

harapientos,

unidos y dominados.

 

Inédito, 2013.





*Juan Castro (1971-2004). Periodista argentino.