de alguna u otra manera
todas las respuestas que lleguen a dar
las omisiones
se pueden traducir
se pueden apilar hacia los estes y los
oestes
tal como las esperanzas perdidas
y las telas de araña
en definitiva
–en el muy definitivo de los casos–
sigue siendo cosa de todos los días
la limpieza doméstica de nuestras
viejas costumbres,
el aliento a amoníaco que sueltan los huecos de nuestros pensamientos,
pisarle la cara a la baldosa
y salir corriendo por las gargantas
tapizadas de nuestros nombres,
de nuestras incontinencias.
Inédito, 2013.