A sabiendas
de que la vida no sobra,
lloran, lloramos;
gritan, gritamos.
Los verbos que solíamos
conjugarnos
son nuestra nueva
mentira de final abierto,
la mugre apelmazada
debajo de la uña,
los frascos apilados en
el botiquín del baño.
Mojan apenas estos
papeles inútiles,
lloran
gritan
mienten.
Fragmento de poema inédito,
2010.