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enero 07, 2014

★INFAMADOR



se pone a caminar con todas sus patas

con todas sus alas sueltas

se pone a sumarse los ojos

las cabezas

a erguirse las colas

los hilos del rostro se le enredan

se le escapa la correspondencia de las manos

no puede

ver bien el camino

ni abrir el sobre con los dientes

se pone a caminar

con todos sus costados incompletos

a seducir con la entrepierna todos sus otros

a barrer con la lengua

las palabras secas

que le dejaron las camas castas

que le dejaron las plumas arrancadas de los pájaros sueltos

en todos los márgenes

hay un niño derramado que lo sigue

para alcanzarle los rostros

para quemarle las cartas que dejó sin ensobrar

para salvarlo

de los arpones de los peces búho

que le retienen el peinado recogido y el caminar 



Inédito, 2014.





Nota de la autora: Don Juan es un personaje literario arquetípico, configurado en la literatura española y con amplia influencia en la narrativa europea. También llamado “burlador” o “infamador”, se trata de un osado seductor, transgresor de toda ley divina o humana. El personaje y su actitud vital denominada genéricamente “donjuanismo” ha inspirado a numerosos ensayistas, poetas y narradores de renombre mundial, que vieron en esta figura desde un inmaduro patológico y afeminado, próximo al narcisismo y a la homosexualidad, hasta una figura satánica y rebelde, típicamente romántica.

Don Juan Tenorio, por su parte, constituye un drama romántico basado en este mítico personaje, escrito y publicado en 1844 por el dramaturgo español José Zorrilla (1817-1893). Casi un siglo después, en 1949, el afamado pintor surrealista Salvador Dalí (1904-1989) confecciona exquisitos bocetos para la escenografía y el diseño de vestuario de la obra –como el que muestra la imagen que da sentido (de tenerlo) al poema– tributando así al libertino protagonista del texto de Zorrilla.